En una empresa donde aún se valora más el tiempo que el empleado pasa en la oficina que sus resultados, o donde la jornada laboral no es suficiente para alcanzar las metas, se ha creado un tema controversial entre trabajadores y jefes: los primeros no sienten que se estén recompensando adecuadamente sus actividades, lo que puede llevar a situaciones como una demanda laboral.