Con toda honestidad, ¿a quién no le ha pasado que de pronto al final del día no estén resueltas ni la mitad de las tareas que debían entregarse? Sucede que con el culto que se tiene hoy en día a la multifuncionalidad, nos esforzamos en atender dos o hasta tres cosas al mismo tiempo. El resultado: no logramos concentrarnos en aquellas que requieren de toda nuestra atención. Hay varios métodos para “poner foco” en lo importante y administrar mejor el tiempo. Uno de ellos es la “Técnica Pomodoro”.