Las estrategias de crecimiento orgánico son técnicas de desarrollo de negocio que amplían una empresa a través del aumento de la producción y mayor volumen de ventas.
Los cuatro pilares para el crecimiento orgánico de las organizaciones son:
Los ingresos, la configuración de la oferta con base en el análisis de una demanda programada de nuevos puntos de venta con la finalidad de hacer eficiente el flujo de dinero es el punto de partida para la planeación de la expansión orgánica.
Un factor importante a considerar para aplicar esta estrategia es identificar plenamente lo que es el “núcleo del negocio” (o también llamado “core business”) donde la organización está consciente de la superioridad de su ventaja competitiva” y que dificulta que s a imitada por parte de la competencia. Llevar la propuesta de valor del negocio a segmentos de mercados que no están siendo atendidos es una razón que justifica el crecimiento orgánico.
Número de empleados, atender una mayor demanda implica la contratación de más personal, particularmente si se trata de servicios orientados al cliente final. Para la correcta contratación e inducción de los nuevos empleados resulta fundamental el asignarlos apropiadamente a las tareas básicas -o medulares- del negocio y externalizar aquellas que sean de apoyo, como por ejemplo, aquellos de mantenimiento e intendencia.
Relaciones Públicas, no hay mejor comunicación para los nuevos segmentos de mercado que la recomendación “boca a boca” de clientes satisfechos y las organizaciones deben diseñar mecanismos para conocer la fuente de las referencias que hacen que lleguen más clientes a comprar y poder premiar de alguna manera a aquellos que difunden el mensaje positivo de la empresa.
Calidad, la estrategia de crecimiento orgánico comienza con un primer contacto de calidad con los nuevos clientes. La sutileza de la publicidad y la recepción amable con los clientes son factores que hacen que éstos decidan si compran por segunda vez o más o si nunca lo vuelven a hacer. Más allá de los atributos físicos, la calidad se convierte en una experiencia “total” aún después de la venta.
Bajo la sincronización de estos cuatro pilares, la dirección de la organización puede esperar los resultados deseados de esta estrategia.
Mtro Mario Alberto García Díaz
Jefe de Incubadora de Negocios Universidad La Salle