Después de conocer la dramática caída del PIB (8.2%) en el primer trimestre del año. El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) urgió al gobierno y los legisladores a tomar medidas drásticas en la reforma fiscal para mitigar los efectos de la crisis económica y sanitaria.
Entre enero y febrero, el Índice Global de Actividad Económica (IGAE) tuvo una caída de 10.1 por ciento, lo que significa que en marzo la actividad económica únicamente disminuyó 4.0 por ciento.
La producción industrial también cayó 11.6 por ciento, en enero y febrero, pero únicamente disminuyó 6.7 por ciento en marzo. Esto nos da una disminución de 9.9 por ciento para el primer trimestre del año, lo que da un promedio de la caída mensual desestacionalizada y anualizada de los últimos cinco meses del 20.0 por ciento.
Según el organismo, ya se toco fondo, pero la recuperación será muy lenta. El factor principal va a ser la economía norteamericana, que también parece ser que ya tocó fondo, México deberá esperar a que se recupere la economía de los vecinos del norte, señaló en conferencia de prensa el presidente del comité de estudios económicos del IMEF, Jonathan Heath.
En conjunto, el organismo espera una caída en el PIB de menos 5.5 por ciento para 2009.
Aun así, la preocupación radica en que la recuperación pueda sostenerse en 2010, cuando el impulso monetario del gobierno norteamericano ya no sea tan contundente; segundo, que la recuperación de la economía de Estados Unidos sea relativamente homogénea, en especial, que se traduzca en una recuperación industrial y en la demanda de las exportaciones mexicanas, y el deterioro sobredimensionado en el sector servicios de nuestro país, cuyas cifras en los primeros meses del año fueron muy malos.
Aunado a esto, el IMEF piensa que la inflación todavía no es un problema que podamos olvidar, los precios comerciables siguen subiendo. En medio de una crisis como la actual, es importante asegurar que encima del aumento en el desempleo no vayamos a tener un deterioro en el poder adquisitivo de las familias.
Por último, al IMEF le preocupa la fragilidad de las finanzas públicas ante la disminución en los ingresos no tributarios por la caída en el precio y volumen del petróleo y en los ingresos tributarios por la disminución en la actividad económica.
El presidente nacional del IMEF, Pedro Núñez, urgió al gobierno y al Congreso a realizar la ya propuesta reforma fiscal integral, porque las medidas anunciadas por la SHCP, que suman 17, 400 millones de pesos, el IMEF considera que son insuficientes para compensar los ingresos.
En cuanto al IVA, la reforma fiscal integral que propone el organismo contempla, exenciones en diferentes bienes y servicios, y en la tasa del cero por ciento domésticas aplicables a los alimentos procesados y a las medicinas.
Se sugiere que podrían quedar exentas las operaciones gravadas por impuestos locales, como son: la enajenación del suelo y de casa habitación; las loterías, rifas y sorteos; y los espectáculos públicos. No obstante, deberían quedar gravadas, con tasa reducida, las actividades de arrendamiento de casa habitación, transporte público terrestre de personas, la enseñanza, las actividades culturales, los servicios médicos profesionales y los intereses cobrados por bancos. La tasa reducida se podría incrementar posteriormente en forma gradual.
Por lo que toca al impuesto sobre la renta (ISR), se propone la incorporación de los aspectos positivos del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), como, el sistema de flujo de efectivo y la supresión de los regímenes preferenciales.
Por lo que se refiere a otros estímulos a la inversión, como el de Investigación y Desarrollo de Tecnología y el de Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional, se debería precisar que no corresponden a ingresos acumulables. Asimismo, en materia de estímulo para las Cuentas Personales de Ahorro y Primas de Seguros para el Retiro, de las personas físicas, se debería aplicar la exención en el cobro de sus beneficios, en función a la permanencia de los depósitos.
Asimismo, el régimen de consolidación fiscal no previsto en el IETU, debe subsistir en el ISR, debido a que de ninguna manera se puede considerar como un estímulo fiscal.
En cuanto al IETU, debería considerarse como un gravamen a las utilidades, que se duplica con el Impuesto sobre la Renta en una difícil coexistencia. Además, adolece de equidad y provoca complejidad administrativa.
El Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE), cuyo objeto es gravar a los elementos de la economía informal, lo que en realidad ocurre es que los comerciantes y prestadores de servicios formales, que negocian con el público y que tiene que hacer depósitos en efectivo, anticipan sus pagos mensuales de impuestos a través de la retención que les efectúa el banco, habiendo casos en los que se tiene que recurrir al trámite de la devolución.
Salvador Guerrero