Cuando no se tienen los recursos suficientes o cuando se desea tener la oportunidad de una actualización más pronta y sencilla el arrendamiento es una buena opción, pero no en todos los casos los empresarios deben aplicarla.
Existen bienes que las empresas ya están acostumbradas a arrendar, por ejemplo los vehículos, sin embargo las opciones no están limitadas, hay otros elementos que pueden adquirirse bajo ese esquema, por ejemplo la tecnología.
Visa explica que un contrato de arrendamiento permite usar el bien durante un tiempo determinado a cambio de un pago mensual que se establece tomando como base el precio total del producto, un costo de financiación y un margen de utilidad, esto menos el monto que la empresa espera recibir al venderlo una vez que finalice el acuerdo.
Con este esquema un empresario paga la depreciación del bien mientras lo está usando, se trata en realidad de una especie de préstamo que entre sus ventajas presenta el pagar un monto más bajo en comparación con lo que se entregaría por la compra total.
Cuando finaliza el contrato se da la opción al empresario de devolver el bien o comprarlo como un usado.
Pero no en todos los casos el arrendamiento es la mejor opción, cuando no estés seguro de comprar o arrendar, toma en cuenta lo siguiente:
– Si tienes la intención de quedarte con el bien es mejor comprarlo desde el inicio, de otra forma terminarás pagando más. Si no cuentas con los recursos para adquirirlo puede pensar en un financiamiento que te brinde la misma empresa proveedora o alguna institución bancaria.
– Si tu empresa requiere de instrumentos en constante actualización, ya sea por el tipo de industria en la que se mueve, o porque este es tu mejor diferenciador, tendrás en el arrendamiento al mejor aliado pues podrás cambiarlos en un corto periodo de tiempo.
– Toma en cuenta las condiciones en que tendrás los bienes, pues al final del contrato deberás pagar por todo aquello que disminuya su valor de reventa como desgastes o roturas anormales. En el caso de los vehículos esto incluye rayones, abolladuras y el kilometraje excedido en el contrato.
– Piensa a futuro, si no estás seguro de poder mantener la deuda o si crees que más adelante tendrás la oportunidad de adquirir algo mejor, procura esperar, pues si decides finalizar el contrato incurrirás en multas, por ejemplo si renuncias a un contrato de tres años después de dos tendrás que pagar el resto del alquiler más todas las comisiones por la terminación del convenio.
– Siempre lee con atención todas las clausulas y detalles del contrato, si tienes alguna duda asesórate con un experto.
– Asegúrate de que el contrato sea de final cerrado, en él debe especificarse un monto para el costo de depreciación, mientras que en un contrato de final abierto la compañía de arrendamiento estima el costo de depreciación y pagarás cualquier diferencia lo que puede ser muy costoso.
Ariadna Cruz