El fenómeno del nearshoring ha emergido como una oportunidad clave para atraer inversión y fomentar el crecimiento industrial en diversas regiones de México. Sin embargo, para capitalizar esta oportunidad, es esencial que las entidades federativas aborden varios desafíos estructurales. En este contexto, Nuevo León, Aguascalientes y Coahuila se destacan por sus condiciones propicias, mientras que Oaxaca, Estado de México y Zacatecas enfrentan obstáculos significativos.
Desde 2023, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y la Fundación Friedrich Naumann (FNF) han analizado una serie de indicadores cruciales para autoridades e inversionistas. El análisis incluye 21 variables relacionadas con el mercado laboral, los insumos básicos, la vivienda y el entorno regulatorio, lo que permite evaluar la competitividad y preparación de las entidades mexicanas ante el nearshoring.
Competitividad regional en el nearshoring
Mercado laboral:
La disponibilidad de mano de obra calificada, la infraestructura educativa y el acceso a capacitaciones laborales son fundamentales para atraer inversión. Entidades como Guanajuato, Tlaxcala, Sinaloa y Durango muestran un alto potencial para incorporar más personas al mercado laboral. En contraste, Baja California Sur y Jalisco presentan una menor disponibilidad de fuerza laboral. El dominio del inglés, una habilidad valorada por inversionistas extranjeros es notable en Jalisco, Nuevo León y Michoacán, mientras que Coahuila, Chiapas y Oaxaca muestran rezagos significativos.
Vivienda y servicios básicos:
La disponibilidad de vivienda y el acceso a servicios básicos son cruciales para acomodar a la fuerza laboral. Quintana Roo, Nuevo León y Aguascalientes lideran en producción de viviendas por habitante, reflejando una infraestructura habitacional adecuada. En contraste, Guerrero, Chiapas, Campeche y Oaxaca presentan los niveles más bajos. El transporte público es otro aspecto crítico; mientras la CDMX cuenta con casi 3 mil unidades de transporte de pasajeros por millón de habitantes, estados como Chihuahua, Zacatecas y Colima tienen menos de 160 vehículos, limitando la conectividad de los trabajadores con sus empleos.
Infraestructura:
El acceso a insumos básicos como la energía eléctrica y el agua es vital para la sostenibilidad de las operaciones industriales. Campeche y Baja California Sur tienen la mejor infraestructura hidráulica para el tratamiento de aguas residuales industriales. Sin embargo, estados como Veracruz, Nayarit, Chihuahua, Coahuila y la CDMX muestran deficiencias en este aspecto. Además, la electricidad, un recurso esencial para las empresas, tiene costos más accesibles en entidades del norte como Baja California, Sonora, Sinaloa y Chihuahua, mientras que Baja California Sur y Quintana Roo enfrentan los costos más altos.
Estado de derecho y marco regulatorio:
La eficiencia del marco regulatorio y la incidencia delictiva son factores que pueden influir en la decisión de los inversionistas. Sinaloa y Yucatán destacan por la existencia de programas gubernamentales que fomentan la inversión, mientras que Hidalgo y Morelos tienen una baja identificación de dichos programas entre las empresas.
Conclusiones
El análisis realizado por el IMCO y la FNF revela que mientras estados como Nuevo León, Aguascalientes y Coahuila están bien posicionados para aprovechar la tendencia del nearshoring, otras regiones como Oaxaca, Estado de México y Zacatecas enfrentan desafíos significativos. Este diagnóstico es esencial para trazar una ruta de trabajo que aborde las prioridades específicas de cada entidad y genere las condiciones necesarias para impulsar el desarrollo regional en México.
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