El 31 de marzo se ha elegido el Día Mundial del Cáncer de Colon, esa enfermedad que afecta cada año a más de 25.000 personas en España, es decir, la segunda causa de muerte detrás del de pulmón. Y es que de todos los órganos vitales el que sufre las peores consecuencias de los modernos hábitos dietéticos de nuestra sociedad es el colon, ese sistema de alcantarillado del ser humano que a fuerza de comer mal y no limpiarse lo hemos transformado en un pozo negro con un montón de basura en descomposición.
Las cifras cantan de manera elocuente y alertan de unos hechos significativos que remiten inevitablemente al exceso como pauta de conducta del mundo occidental. Exceso en la alimentación, fundamentalmente (observemos si no los porcentajes de obesidad), y exceso en la desidia y el abandono físico por negarnos al movimiento, al ejercicio físico,, nos guste o no hábito indispensable para conseguir el bienestar.
Pero además del exceso está el cómo nos alimentamos. Cuenta Daniel Reid, autor del libro El Tao de la Salud el Sexo y la Larga Vida, que “el colon del varón norteamericano medio lleva en su interior unos dos kilos y medio de carne roja putrefacta y semidigerida, más una cantidad de entre dos y cinco kilos de desechos tóxicos acumulados durante años en los pliegues del colon, consecuencia de una mala alimentación consumida en combinaciones inadecuadas”.
Lo que pesan las heces
Y la evidencia de esta nefasta alimentación y sus consecuencias queda reflejada en el estudio realizado hace años para comparar la actividad intestinal de los naturales de la India y de los Estados Unidos. Cuenta Reid que los resultados dejaron atónitos a los investigadores porque pese a que el norteamericano medio consumía más del triple de calorías que el indio medio, las heces fecales de éste último pesaban más del doble que las del norteamericano. La explicación, obviamente, la diferente ingesta de unos y otros: la de los indios, a base de cereales y verduras; la de los norteamericanos, rica en calorías procesadas y pobre en fibra natural.
Conocedor de esta realidad por ser especialista del colon y muy experimentado en ayunos, el doctor V.E. Iron describe cómo “en muchos casos los alimentos permanecen en el interior del cuerpo durante meses e incluso años, se pudren y descomponen y se incrustan en los pliegues y rendijas del colon. En la mayoría de la gente el colon, en lugar de ser un sistema de alcantarillado rápido y eficaz, se ha convertido en un pozo negro estancado”.
Como consecuencia, la fermentación y putrefacción de los alimentos acaba convirtiéndose en causas principales de problemas digestivos como gases, ardor, hinchazón, heces fétidas, hemorroides sangrantes, colitis y muchas de las llamadas alergias. En este último caso son las toxinas que al ser absorbidas por el torrente sanguíneo, al no expulsarse los desechos, las que provocan erupciones, dolores de cabeza, urticaria, nauseas y otros síntomas catalogados como alergias.
Mas cura una dieta que diez recetas
Y es que como reconoce la Alianza para la Prevención del Cáncer de Colon, integrada por varias sociedades científicas, la preocupante cifra del 50% de supervivencia de los enfermos a los cinco años de ser descubierto, se debe al desconocimiento de los síntomas que alertan de la enfermedad y que impiden hacer un diagnóstico precoz. Si la patología se detectara precozmente, se afirma desde la Alianza, se podría curar en el 90% de los casos.
Sin embargo no ocurre así, pese a que las primeras llamadas de atención son sangre en las heces, cambio en el ritmo de las deposiciones, sensación de evacuación incompleta, dolor abdominal, cansancio extremo o pérdida de peso sin causa aparente. Un extremo este que podría evitarse, no sólo practicándose pruebas a partir de los 50 años, sino siguiendo una dieta equilibrada limitada en carnes rojas y alcohol, y rica en pescado, fruta, verdura y cereales, y práctica de ejercicio moderado, eliminando obviamente el hábito de fumar.
Pero sobre todo, y como recalca el doctor Walker, de 116 años de edad, en su libro Colon Health: The Key to a Vibrant Life ( La salud del colon: la llave de una vida vibrante), de lo que tenemos que ser conscientes es de que “la eliminación de los alimentos no digeridos y otros productos de desecho es tan importante como la correcta digestión y asimilación de la comida, ya que el régimen más perfecto no dará mejores resultados que el más malo, si el sistema de alcantarillado que es el colon se halla obstruido por una asimilación de residuos corrompidos”.
Sin irnos tan lejos, simplemente limitándonos a la sabiduría popular, evidentemente con reminiscencias hipocráticas, bástenos sólo recordar el dicho que recoge el Diccionario Sopena de Sinónimos, “Más cura una dieta que diez recetas”, para empezar a prevenir.
Autor:Comité Editorial Salusline