Las empresas buscan el beneficio económico pues es su razón de ser y lo hacen de diversas formas, pero pocas se dan cuenta de la extraordinaria importancia de potenciar la mejora de la salud de sus empleados, no ya por razones altruistas sino meramente económicas. La Unión Europea, consciente de la extraordinaria importancia económica de mantener una fuerza laboral saludable a través de hábitos saludables, comienza a trabajar en esa dirección.
La premisa principal es que, de todos los recursos del que dispone una empresa para su crecimiento y expansión, la salud, la vitalidad, la energía creativa y la fuerza de su equipo humano son de las más valiosas. Estas cualidades deben ser desarrolladas, cuidadas y mantenidas al mismo nivel que las calificaciones específicamente profesionales. No tiene mucho sentido formar a empleados o concebir políticas de crecimiento si el equipo humano no es capaz de aplicar sus conocimientos de una manera eficiente y durante un largo periodo de tiempo.
Obrar de otro modo es realmente una inversión poco acertada. Por otro lado perder la salud en el trabajo, no puede jamás tener justificación según los principios de responsabilidad social corporativa que recorre hoy día la sociedad.
Demostrar que la promoción de la salud en los empleados no es un gasto, sino una inversión, hacer entender a los empresarios, a través de estudios claramente definidos y recomendaciones específicas que dichas actuaciones de promoción mejoran la productividad, reducen costes (gastos por enfermedad, absentismo y accidentes) y por tanto mejoran la competitividad y apoyan el progreso de la empresa, es el desafío que se ha planteado la Unión Europea para sus empresas.
Diversas iniciativas públicas y privadas como: la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo (ENWHP por sus siglas en inglés), la Initiative Gesundhait und Arbeit (Iniciativa de Salud y Trabajo), el Programa Move Europe, y su cuestionario de evaluación de la calidad de las intervenciones de promoción de la salud en las empresas, son claros signos de que se está avanzado considerablemente en esa dirección.
Sin embargo queda aún mucho por hacer y un importante obstáculo por vencer; Convencer al empresario de los múltiples beneficios económicos que una promoción de salud le traerá a su empresa. Medir la eficacia en términos del éxito de la empresa en beneficios, es de particular significancia para la aceptación de las medidas de promoción de la salud en el trabajo. Muchísimos estudios en Norteamérica (Estados Unidos y Canadá) así como en Europa demuestran fehacientemente estos beneficios.
El estudio de investigación mencionado anteriormente, Initiative Gesundhait und Arbeit, es uno de ellos. Según estas investigaciones el “retorno por inversión” oscila entre 2,3 euro por cada euro invertido en lo que se refiere a costo médico y de 10,1 por 1 euro, en lo que se refiere a disminución de absentismo. Simon Dolan, director de Recursos Humanos de la escuela de negocios ESADE ha calculado que por cada euro invertido en gestión del estrés la empresa gana 5 euros. En Microsoft que ha implementado cursos parecidos las bajas por estrés han disminuido de un 5% a un 0, 5 % y así muchos estudios de investigación demuestran lo beneficioso para la empresa que resulta apoyar la salud del empleado.
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