Procobre reconoce la potencialidad que tiene México para convertirse en uno de los líderes en la lucha contra el cambio climático no sólo en América Latina sino a nivel mundial.
Actividades cotidianas como darse una ducha de 15 minutos, cocinar durante 20 minutos o conducir un coche 4 kilómetros, producen 1 kg de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Según la Agencia Internacional de la Energía, se estima que los consumos de energía en 2030 serán superiores en más de un 50% a los registrados actualmente.
En términos de emisiones totales México ocupa el décimo cuarto lugar en las emisiones por PIB y per cápita a nivel mundial. A pesar de no ser considerado como uno de los grandes emisores de carbono en comparación con las naciones desarrolladas, importante señalar que se cuenta con los recursos naturales necesarios para disminuir en mayor medida las emisiones de gases que provienen del uso de combustibles fósiles, del cambio de uso de suelo, de los procesos industriales, de la agricultura, ganadería y de la descomposición de desechos, según datos del Instituto Nacional de Ecología.
En este contexto, la contribución de la minería del cobre es una parte esencial de los esfuerzos para lograr una mayor eficiencia energética y la disminución del consumo energético de fuentes renovables, según lo señala Efrén Franco, Director Ejecutivo de Procobre en México. “Gracias a la excelente conductividad eléctrica y térmica de este metal, es posible maximizar la eficiencia y el ahorro operativo en la generación, transmisión, distribución y uso de la energía.”
El cobre, producto de la actividad minera, no sólo ayuda a generar electricidad más eficientemente, sino que también permite consumirla de una manera más eficaz, disminuyendo las pérdidas de energía generada que no llega a transformarse en trabajo útil y, por tanto, la demanda total.
Un ejemplo claro sobre la aplicación de estas propiedades la vemos en los sistemas motores eléctricos que impulsan los grandes procesos de fabricación. Estos motores son responsables de alrededor de un 40% del consumo global de electricidad, por lo que es un factor crítico mejorar la eficiencia energética.
Utilizando componentes de cobre y diseños optimizados, especialmente en aquellas que más energía consumen, se pueden reducir las pérdidas en un 70%. Este es el caso de los motores eléctricos industriales de alto rendimiento que contienen un 30% más de cobre que los motores normales. La modernización del parque de motores eléctricos es una de las acciones que puede convertir a México en uno de los líderes en su contribución a la lucha contra el cambio climático.
“Por su relación costo-beneficio, el cobre es la mejor alternativa en el desarrollo de nuevas tecnologías que requieren conducción térmica o eléctrica,” declaró Efrén Franco. “Es momento de que en México apliquemos los beneficios de este metal, que poseemos de manera natural, para innovar en el desarrollo industrial de todos los sectores productivos.”
El viento, el sol o el calor de la corteza terrestre, son fuentes inagotables de energía gratuita, que están disponibles en casi cualquier parte del planeta. Los sistemas utilizados para aprovechar estas fuentes de energía, se basan en tecnologías muy avanzadas que usan cantidades considerables de cobre.
Un ejemplo de ello es la producción de energía eólica, en la que el cobre está presente en todos los componentes de la cadena de producción, incluyendo el generador, el transformador, el rotor y los cables. Según la Universidad de Leuven, en Bélgica, una turbina eólica de 1 MW, en la que se utilizan 3.9 toneladas de cobre, reduce emisiones de 1,000 toneladas de CO2 cada año.
Sin embargo la contribución del cobre al aprovechamiento de los recursos naturales no se da solamente en sus productos finales sino desde el comienzo de su ciclo de vida. Ejemplo de ello es la investigación realizada por la Dra. Rosa Elva Rivera, profesora e investigadora del Departamento de Ingeniería Metalúrgica de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) quien realiza junto con sus estudiantes importantes avances en el desarrollo de nuevos procesos más sencillos, económicos y menos contaminantes al emplear microorganismos en los procesos minero-metalúrgicos.
“En México estamos a la vanguardia en investigación de biotecnología de minerales, sin embargo aún queda camino por recorrer para lograr la sustitución de la tecnología convencional”, señaló la Dra. Rivera. “En la actualidad ya estamos colaborando con integrantes de la industria para la aplicación de esta tecnología. Sabemos que trabajando de la mano con los industriales podremos convertir a México en uno de los líderes en la aplicación de la biolixividación de minerales.”
Procobre es una red de oficinas en América Latina para promoción del uso del cobre y representante de la Asociación Internacional del Cobre (ICA, por sus siglas en inglés),
Si quieres conocer más acerca de la minería del cobre y el desarrollo de nuevas tecnologías visita: www.procobre.org
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