Para que la industria alimentaria de México no se limite únicamente a la maquila o imitación de productos creados en otros países, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) ofrece sus servicios a empresas de todos los tamaños para diseñar y elaborar productos nuevos, así como mejorar los ya existentes.
Todo ello es posible gracias que la institución, también conocida como Universidad Jesuita de Guadalajara, imparte desde hace seis años la Licenciatura en Ingeniería en alimentos, concebida para responder a las necesidades de un sector que genera 26% del total de los empleos creados en la industria de la transformación; además, representa 11.48% de la producción nacional y está integrada por 7 mil 800 empresas, de las cuales 95% son micro y pequeñas.
Raquel Zúñiga, coordinadora de la carrera, explicó que para atender a las empresas, el ITESO cuenta con espacios de análisis y procesamiento multifuncionales, lo que se traduce en ahorros de energía y dinero, con base en las tendencias utilizadas por centros de investigación de otros países como Canadá.
La Doctora Zuñiga detalló que el Instituto cuenta con cuatro laboratorios de análisis, en los que se revisan cuestiones físico-químicas, microbiológicas, sensoriales; así como una planta de procesamiento de alimentos, en los que se hizo una inversión de alrededor de quince millones de pesos.
La planta, continúa Zúñiga, es un plus que tiene el ITESO ya que además de ser un espacio que cumple con la normatividad en la industria -al tener, por ejemplo, piso especial y ningún área con ángulos de 90 grados- , es multifuncional.
“Nosotros no tenemos los equipos fijos, sino una serie de equipos que se pueden mover alrededor de toda la planta y tenemos conexión en cualquier área para que se arme una línea de producción”, explicó.
La Coordinadora agregó que el Instituto cuenta con equipo como el que se puede encontrar en la industria: “Lo que nosotros quisimos hacer para el ITESO es que el estudiante sí se encontrara equipos como los que va a manejar en la industria, pero a una escala más pequeña que una piloto y con movilidad, para poder armar los procesos que nosotros queramos. Eso nos da la ventaja de no gastar tanto dinero”.
Dicha condición ha generado que varias empresas de Jalisco se acerquen al ITESO y soliciten el servicio del espacio, en algunas ocasiones incluso con apoyo de estudiantes y académicos, para hacer pruebas o producciones a baja escala, señaló.
Zúñiga abundó que los laboratorios y la planta son igualmente utilizados para la práctica de los alumnos, sobre todos los que cursan la materia de “Química de los alimentos”, cuyo objetivo es motivarlos a desarrollar o mejorar algún producto.
Entre los proyectos que desarrolla actualmente el ITESO se encuentran la estabilización y la industrialización de la producción de una bebida fermentada de palma conocida como Tuba, que se hace de forma artesanal en estados como Colima; la formulación de un jamón de avestruz y la elaboración de una harina de charal deshidratado.
Karina Hernández Barrera