Cerca de concluir el 2012 es útil que te detengas un momento para reflexionar sobre tus logros y metas futuras, aunque esta simple disertación puede ayudarte a encontrar tus puntos débiles y mejorar tu empresa, nada como basarte en la información real y para ello te será útil un balance general.
Un balance general es útil para conocer en qué punto económico se encuentra la empresa, sus ganancias, deudas y activos, por esto es una especie de fotografía que ayuda a planificar el año que está por venir.
Esta herramienta está conformada por activos, pasivos y patrimonio. A continuación te explicamos cómo debes evaluar cada uno:
Activos:
Se cuenta todo lo que posee la empresa y tiene valor, por ejemplo el dinero en caja y en bancos; las cuentas por cobrar; las materias primas en existencia; las máquinas y equipamiento; los vehículos; los muebles y enseres; y las construcciones y terrenos.
Los activos a su vez pueden dividirse en corrientes y fijos; los primeros son los más factibles en convertirse en dinero en efectivo como los cheques, el monto en las cuentas bancarias, inventarios o las cuentas por cobrar.
También están los activos fijos; estos son los bienes muebles e inmuebles que la empresa posee y que le sirven para desarrollar sus actividades como maquinaria, vehículos y construcciones. Para ponerle valor a cada uno de estos bienes, se calcula el valor comercial o de venta aproximado, teniendo en cuenta el estado en que se encuentran y el que sufren desgaste con el uso ocasionando su depreciación.
Pasivos:
Es todo lo que la empresa debe. Se pueden dividir en pasivos corrientes, aquellos que deben pagarse en un período menor a un año como los créditos; cuentas por pagar a proveedores; anticipos equivalentes al dinero que un cliente otorga por un trabajo aún no entregado; cuentas por pagar como préstamos personales; impuestos. Se cuentan además los pasivos a largo plazo, aquellos que deben pagarse en un período mayor a un año.
Patrimonio:
Es el valor de lo que le pertenece al empresario en la fecha de realización del balance. Este se clasifica en:
Capital, aporte inicial hecho por el empresario para poner en funcionamiento su empresa.
Utilidades actuales y del periodo anterior. Reserva legal corresponde al valor de las utilidades que por ley deben reservarse.
La idea es que al llevar a cabo este análisis cada año puedas después realizar balances comparativos para así tener claro el crecimiento de tu empresa, o bien la necesidad de mejorar.
Ariadna Cruz
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