“Eres lo que comes” esto es una de las frases que más representan a esta época ya que a partir de los reportes de obesidad que aqueja al mundo se ha detonado una conciencia de lo que se debe de comer, además de la preocupación por que estos alimentos sean lo más naturales posibles, pues además de nuestro bienestar está el de la tierra, los reportes de la erosión, falta de agua y cambio climático hacen que cada día se adopten más los productos orgánicos.
Según la FAO, la agricultura orgánica es un sistema de producción que trata de utilizar al máximo los recursos de una unidad productiva, dándole énfasis a la fertilidad del suelo y la actividad biológica y al mismo tiempo, a minimizar el uso de los recursos no renovables y no utilizar fertilizantes y plaguicidas sintéticos para proteger el medio ambiente y la salud humana.
En México, la mayoría de los productos orgánicos son producidos para el mercado de exportación, mismos que conforman el 10% del total de las exportaciones agrícolas mexicanas, destacando que contamos con más granjas certificadas como orgánicas, que cualquier otro país del mundo, según los datos de Pro México.
El gran potencial de los productos orgánicos consiste en:
Los consumidores están buscando productos que ofrezcan beneficios adicionales en especial relacionados a la salud.
La palabra probado ante un órgano certificador se ha convertido en una palabra muy atractiva para el consumidor quien busca asegurarse de que los beneficios no son sólo una estrategia comercial.
Los consumidores están mostrando interés en cocinar platillos de calidad en casa en vez de salir a restaurantes, invirtiendo tiempo, dinero y conocimientos en los productos del sector.
La resurrección de las frutas y vegetales, las grandes cadenas de supermercados vuelven a los productos básicos agrícolas que claman ser más saludables que los productos procesados.
Las certificaciones que avalan a los productos como orgánicos, se posicionan en la mente de los consumidores por su consciencia ecológica.
En México a partir del 2012 se cuenta con una certificación propia la cual establece que los operadores orgánicos deberán tener un registro de sus sistemas de producción u operación orgánica, así como un registro de datos en los que consten las estadísticas y actividades administrativas y los insumos utilizados en la misma y deben cumplir con las disposiciones aplicables en materia de producción orgánica.
La “certificación participativa orgánica” para la producción familiar o pequeños productores organizados; de la conformación de un padrón orgánico para conocer aspectos torales de los operadores orgánicos y organismos de certificación orgánica; que además sirve para simplificar la operación de programas y hacer eficiente el otorgamiento de servicios y apoyos al sector orgánico.
México posee dos grandes ventajas en este mercado:
1.- Mano de obra disponible para cultivar productos, como por ejemplo: café, limón, aguacate, piña, cacao, mango, miel de abeja, miel de agave, coco fresco y nopal.
2.- Condiciones climáticas ideales para cultivar y suministrar productos durante todo el año (estacionalidad).
Dentro de América Latina, México es el principal exportador de productos orgánicos a la Unión Europea, ya que:
Es el principal productor de café orgánico
Primer exportador mundial de papaya, aguacate, sandía, mango, melón y frambuesa
Segundo exportador mundial de cebolla, garbanzo, pepino, espárragos, nueces, limones y chile
Tercer exportador mundial de tomate, espinacas, coliflor y fresa
Quinto exportador mundial de miel de abeja
En la página electrónica del Consejo Nacional de Producción Orgánica (CNPO) www.cnpo.org.mx , el Reglamento de la Ley de Productos Orgánicos, para obtener los pasos con los cuales puedes certificarte.
Adriana Maass