En mis años de experiencia, bastantes por cierto al día de hoy; tanto como consultor, como capital humano de empresas; siempre he estado relacionado al ámbito de la tecnología y las innovaciones, el inicio de mi carrera profesional fue en una de las empresas de medios de comunicación más importante del mundo; de ahí salte a una de las empresas más importantes de tecnología de cómputo, y así fue desarrollándose; por más que intenté moverme a otro ámbito, siempre la tecnología permea en mi quehacer profesional, lo cual es bueno, simplemente acepté que ahí estaba el momento de la sociedad y el mundo.
Así mismo pude observar el efecto inverso, la resistencia al cambio o miedo a la tecnología; en la mayoría de las empresas medianas, disfrazado de una “planeación” financiera; y en las empresas pequeñas una carencia de capital; que en realidad solo es un enfoque de costos, el cual, objetivamente, merma la calidad y atrasa a la empresa en productividad.
Y esto no es privativo de las PyMEs, conozco grandes multinacionales que simplemente soslayan la importancia de la tecnología, trasladando el costo de su atraso a la calidad del producto o servicio. Produciendo las grandes caídas de las industrias.
Las empresas de tecnología trabajan la mayoría, porque así lo permite el avance tecnológico, a dieciocho meses; cada año y medio ellos lanzan la tecnología comercial del momento, pero internamente ya desarrollaron investigación y procesos para los próximos cinco años.
Esto hace que aquellos que no invierten en lapsos de 18 a 36 meses en tecnología, se vean retrasados significativamente, ya que se multiplica el factor de atraso por el número de meses, si de meses, no de años, afectando su competitividad y desarrollo.
Más que una crítica esto es una reflexión para que los empresarios planifiquen bien su INVERSIÓN en tecnología, no se necesita lo más caro, o lo más avanzado, pero SÍ lo mejor para cada una de las PyMEs, de acuerdo a sus posibilidades, pero sobretodo a sus necesidades; en comunicación, servicio, calidad y competitividad; factores a considerar para la INVERSIÓN verdadera, no el gasto en tecnología, lo importante es el beneficio que traerá esta INVERSION, si así en mayúsculas, contra el gasto.