Si la pasión y el empuje te llevaron a abrir tu propio negocio ¡Felicidades! Ahora es momento de que te conviertas en un empresario de verdad pues como dice el dicho el hábito no hace al monje.
Si por falta de tiempo, ganas o experiencia sólo te lanzaste a emprender seguramente no tienes los elementos que definen tu empresa y que contribuirán a llevarla por el buen camino.
– Elabora una propuesta de valor de la organización y sus objetivos. Siempre es importante que conozcas los elementos que te hacen diferenciarte de tu competencia, la razón por la cual un cliente debería elegirte a ti sobre alguien más.
– Metas y objetivos. A corto, mediano y largo plazo debes identificar hacia dónde vas para tener claros los pasos a dar, es importarte que seas lo más claro posible, pero sobre todo realista, de lo contrario sólo te frustrarás.
– Determina las necesidades y requerimientos del cliente. El consumidor siempre tiene que ser tu prioridad, piensa en él y como él, esto te ayudará a identificar tus áreas de oportunidad y mejorar, y no te cierres a las posibilidades, es probable que una vez en marcha puedas identificar un nuevo nicho de mercado.
– Define una estrategia. Mira dentro de tu organización y equipo de trabajo, todos deben tener claro hacia dónde se mueve la empresa, los procesos necesarios y cómo cada uno influye en los buenos o malos resultados.
– Clarifica el plan de negocios. Si tienes estos puntos bien definidos podrás localizar más fácilmente los errores y fortalezas, pero no lo dejes pasar, realiza los cambios necesarios en las políticas de trabajo y en cada uno de los documentos del plan que generes para obtener los mejores resultados.
– No le temas al cambio. Aun cuando tu empresa se haya manejado bien siguiendo ciertos procesos esto no quiere decir que no haya campo de mejora, es probable que en el camino descubras oportunidades, desde opciones para hacer las cosas diferentes hasta nuevos proveedores.
Ariadna Cruz
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