Cuando José Manuel Moller comenzó a trabajar en Un Techo para Chile junto con un amigo y compañero de la universidad, descubrió problemas que nunca antes había visto. Al instalarse durante un tiempo en una población pequeña, notaron una dificultad cotidiana de los habitantes el gasto innecesario en el que incurrían las familias carenciadas al comprar productos en formatos pequeños.
Este problema, que día a día afecta a familias de todo el mundo, es una consecuencia de la desigualdad, y puede decirse que es una forma de “castigo a la pobreza”, porque quienes menos poder adquisitivo tienen, deben utilizarlo de la manera menos eficiente, ya que la compra minorista tiene mayores costos.
Para solucionarlo, José Manuel Moller y su compañero pensaron en una solución que combinaba una de las formas de venta más antiguas del mundo —la venta a granel— con tecnologías más actuales —dispensador de alimentos y envases ecológicos reutilizables—. Algramo ya tiene cientos de puntos de venta al norte de Santiago de Chile y pretende expandirse por todo el país y también por otras ciudades del mundo. Proyectan llegar en poco tiempo a Bogotá, Colombia.
La compra inteligente es una revolución que tiene muchísimo para dar, ya que lo social y lo económico van de la mano y pueden beneficiar tanto a las familias como a los comerciantes, y favorecer el crecimiento de los países; no un crecimiento desigual, sino un crecimiento para todos.
El secreto de su proyecto, nos cuanta Moller, es que no piensa sólo en el consumidor, sino que proyecta desde el almacén. Algramo es una alternativa en la que los productos se compran en grandes cantidades y se venden en máquinas dispensadoras, de las que las familias las recogen con envases reutilizables, pagando un 40% menos y sin contaminar. Pero además, con esta modalidad los pequeños almacenes pueden tener precios competitivos con respecto a los grandes supermercados.
Algramo busca una solución en conjunto entre el almacenero, la familia y las empresas que puede ser aplicada en muchos países de América Latina y el Caribe. Esta gran idea es un excelente ejemplo de cómo la región comienza a encontrar soluciones a los problemas reales y nos confirma que no es necesario ir a Silicon Valley a gestar una idea, ya que en cada población hay una oportunidad de transformar desafíos en soluciones.
Moller será uno de los oradores en el evento Demand Solutions, o “Idear Soluciones”, organizado por el BID, que tendrá lugar el 18 de noviembre en Lima, Perú, un espacio de diálogo e intercambio para los principales exponentes del mundo emprendedor. Allí, esta historia podrá inspirar otras ideas en las que también las causas sociales y el emprendimiento vayan de la mano.
El cambio verdadero no depende de Algramo, ni de ninguna solución de manera individual. Hay que pensar en muchas nuevas ideas, que reduzcan la desigualdad y que usen la energía y creatividad de todos para cambiar la realidad desde lo local y cotidiano. Por eso, es necesario que los emprendedores y los líderes de proyectos de este tipo se reúnan y piensen en conjunto. De esta manera, los esfuerzos se potencian y tanto América Latina como el planeta entero saldrán beneficiados.
Alejandra Luzard, Especialista Senior del Banco Interamericano de Desarrollo – Líder Estratega en Productos de Innovación y Creatividad dentro y fuera de la organización.
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