En casi todas las regiones, la productividad ha ido a la baja. Pero en México la productividad ha resistido esa tendencia, ya que ha caído menos que en Estados Unidos. Creemos que la serie de reformas estructurales implementadas desde 2012 explican esta resiliencia. Es probable que la baja productividad esté detrás del bajo crecimiento en años recientes, pero su resiliencia muestra que en el fondo, México está en mejor posición que otros países.
Desaceleración global de la productividad
En los últimos años, la productividad -definida como producción por hora de trabajo-, ha estado cayendo en los países desarrollados. Existen distintas teorías que explican esta desaceleración en la productividad. La primera es que simplemente las cuentas nacionales tradicionales no están diseñadas para capturar el valor añadido de los recientes cambios tecnológicos, y por lo tanto, en realidad la productividad no se ha desacelerado. Otra, es que la desaceleración de la productividad es el legado de la gran recesión, y que aumentará en cuanto las compañías decidan invertir más. Sin embargo, otra explicación, con consecuencias mucho más profundas, es que el desarrollo tecnológico simplemente no es lo que solía ser, y las nuevas innovaciones son menos relevantes para aumentar la productividad que aquellas de hace unas décadas. Una explicación relacionada es la teoría del “estancamiento secular”, que dice que los ahorros excesivos en el mundo actúan como un lastre en la demanda, reduciendo el crecimiento (y la inflación, e impulsando las tasas de interés hacia abajo).
La desaceleración en la productividad es un problema porque se necesita de mayor productividad para aumentar los estándares de vida a través del tiempo. Menor productividad por un largo periodo de tiempo significa menor crecimiento y eventualmente puede llevar a un malestar social y a un aumento en la demanda por un cambio político.
México está luchando contra la desaceleración de la productividad
En México, la productividad no está cayendo al mismo ritmo que en otros países. La tendencia de la productividad laboral ha sido resiliente a la desaceleración de Estados Unidos, que está basado en información de The Conference Board. El crecimiento de la productividad en México dejó de caer en años recientes, a pesar de que, a principios de los años 2000, se desaceleró. Ello contrasta el comportamiento del crecimiento de la productividad en Estados Unidos que sigue teniendo una tendencia a la baja.
¿Contagio de Estados Unidos?
México es una economía muy abierta que exporta más del 30% de su PIB y la mayor parte se va a los Estados Unidos. Como la productividad y el crecimiento han caído en EE.UU, es
natural pensar que esto también disminuirá la productividad y el crecimiento en México. De forma similar, si la economía en Estados Unidos está secularmente estancada, está condición puede transmitirse a otros países, como mostró recientemente una investigación de Larry Summers y otros autores. A priori, uno esperaría que la desaceleración de la productividad en Estados Unidos arrastrará el crecimiento y muy probablemente la productividad en México.
Si utilizamos información trimestral en lugar de anual sobre productividad, el contagio de una menor productividad de Estados Unidos a México es más evidente. Aunque hay que considerar que la información trimestral es muy volátil y típicamente se mueve mucho con el ciclo económico, por lo que es difícil tener una buena lectura del comportamiento de baja frecuencia.
El crecimiento de la productividad de México parece haber repuntado a finales de 2014 y principios de 2015, pero desde entonces ha ido a la baja. El repunte inicial podría ser impulsado por las reformas estructurales del 2012, y la última desaceleración como consecuencia de una desaceleración cíclica en el crecimiento, ya que México está retirando los estímulos fiscales y monetarios. Pero hay muchas razones que podrían estar en juego. Una alternativa a esta idea es que la desaceleración en la implementación de las reformas en trimestres recientes impida que las mejoras iniciales se consoliden. Con información trimestral, aún no es claro el impacto de las reformas en la productividad.
Las reformas estructurales parecen haber ayudado a la productividad
México aprobó varias reformas estructurales en pocos años (2012-2014), con profundas transformaciones en los sectores energético, telecomunicaciones, educación, laboral y financiero, así como cambios en las instituciones encargadas de la competencia económica y los procesos políticos. La motivación común de las reformas era impulsar la productividad.
Estimamos que las reformas estructurales han aumentado el crecimiento de la productividad en 70 puntos base. Hicimos un ejercicio sencillo para calcular si las reformas han tenido un impacto en la productividad utilizando series trimestrales. Con un enfoque de “diferencias-en-diferencias” para controlar la tendencia de la productividad utilizando a Estados Unidos como el “control”. Primero estimamos el crecimiento de la productividad promedio en Estados Unidos y en México hasta 2012. Entre 2006 y 2012 el crecimiento promedio de la productividad en EE.UU y en México fue de 1.5% y 0.7%, respectivamente. Posteriormente estimamos el crecimiento de la productividad promedio en ambos países desde 2012. Entre 2013 y 2015 el crecimiento promedio de la productividad en Estados Unidos y en México fue de 0.7% y 0.6%, respectivamente. Así, encontramos que la información es consistente con la desaceleración de la productividad observada en Estados Unidos y en México.
Para la primer diferencia calculamos el cambio por países: el crecimiento de la productividad cayó 80pb en Estados Unidos y 10pb en México. Para la segunda diferencia, calculamos el cambio entre países: 80-10 = 70. De esta forma creemos que 70pb es el aumento en la productividad que puede atribuirse a las reformas.
Carlos Capistrán, Economista en Jefe para México
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