Desde 1916, se comenzó a hablar de las responsabilidades de las organizaciones, en específico de las empresas, cuando el economista norteamericano John Maurice Clark, (1884-1963) de la Universidad de Columbia.
Enfatizó la importancia de la transparencia en los negocios, escribiendo en el Journal of Political Economy: “Si los hombres son responsables de los resultados conocidos de sus acciones, las responsabilidades de negocios deben incluir los resultados conocidos de los negocios”.
Treinta y siete años después Howard Rothmann Bowen, (1908 – 1989) de la Universidad de Iowa define la RSE como: “las obligaciones de los empresarios de llevar a cabo esas políticas, tomar esas decisiones o seguir aquellas líneas de acción que son deseables en términos de los objetivos y valores de nuestra sociedad”. En el libro “Social Responsibilities of the Businessman”.
En ese momento, la obligación social de las empresas estaba vinculada al poder que las empresas tienen en la sociedad. Este libro es considerado la primera publicación formal en la materia. Hasta ese momento las organizaciones no hablaban de responsabilidad social, eran los académicos los que veían un área de oportunidad donde la empresa se vinculara con la sociedad no solo en una relación de proveedor, empleado, accionista y cliente, sino que generara un vínculo mayor con lo que hoy conocemos como partes interesadas que según la norma internacional voluntaria ISO 26000, se definen como: “cualquier individuo o grupo que tiene interés en cualquier decisión o actividad de la organización”. El objetivo 4, de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, refiere a “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
Resalta nuevamente la importancia de la educación para la creación de una sociedad más justa, equitativa, incluyente para enfrentar los restos del desarrollo sustentable.
Desde una perspectiva sistémica, la responsabilidad social universitaria es definida como… una política de calidad ética del desempeño de la comunidad universitaria (estudiantes, docentes y personal administrativo) a través de la gestión responsable de los impactos educativos, cognitivos, laborales y ambientales que la universidad genera, en un diálogo participativo con la sociedad para promover un desarrollo sostenible. Es decir, como comunidades de aprendizaje mutuo para el desarrollo.
Se requiere que las universidades sean socialmente responsables a través de evidencias en su gestión académica, administrativa, económica, social y ambiental y que evalúen la coherencia de sus prácticas para construir el modelo de universidad que forme profesionistas, empresarios, emprendedores, empleados y ciudadanos socialmente responsables.
La sociedad exige un cambio en la actitud y comportamiento de las empresas frente a la comunidad; y es que, en la actualidad, las nuevas generaciones ya no conciben una empresa que no sea respetuosa con los entornos con los que interactúa. Así, los patrones y tendencias se han fracturado permeando desafíos en las empresas, pues dejan de hacer actividades aisladas para apoyar una causa desde la visión de la propia organización; para incidir en el desarrollo social, económico y ambiental a nivel nacional e internacional.
Muchas cosas son las que tendrán que cambiar y evolucionar y la forma de hacerlo será a través de la educación, investigación y la búsqueda de la verdad y el conocimiento que es el quehacer de las universidades, pero ahora teniendo siempre presente estrategias que permitan el desarrollo de capital social que se traduzca en desarrollo sustentable. Y que este talento contribuya al desarrollo organizacional de tan importante sector de las microempresas en México.
Dr. Miguel Angel Santinelli Ramos
Director de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México.
@MikeSantinelli @RSanahuac
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