No debería ser así, las mujeres no deberían de luchar por obtener un lugar en la sociedad, por ganar un salario igual al de los hombres, por la igualdad de derechos. Todo esto debería pasar por default.
Sin embargo, a fuerza de querer, el género femenino se ha abierto camino en varios ámbitos, propios hasta hace poco para los caballeros y no solo eso, han dejado huella en un engrane tan importante como lo es la economía de México.
De acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015 del INEGI, en México hay 61.4 millones de mujeres y representan más de la mitad de la población nacional (51.4%). Muchas de estas mujeres han logrado con su contribución un impacto en la transformación política, social y económica del país.
No solo hay que mencionar al top 10 de las mujeres más poderosas de México, que evidentemente son fuente de inspiración y motivación para muchas, sino que hay que darles crédito a todas aquellas que se desempeñan exitosamente en todos los sectores y niveles de la pirámide, para aportar al ingreso familiar o fungir como cabeza de familia.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) refiere que, en el tercer trimestre de 2016, 20.8 millones de mujeres de 15 y más años forman parte de la población económicamente activa (PEA) en el país. La tasa de participación económica es 43.9%, lo que significa que cerca de la mitad de mujeres en edad de trabajar tiene o está en búsqueda de un empleo.
8 de cada 10 mujeres (78.7%), están ocupadas en el sector terciario de la economía, principalmente como comerciantes (33.1%), servicios diversos (19.3%), servicios sociales (16.8%) y restaurantes y servicios de alojamiento (14.3%); 17.1% del total de ocupadas se emplean en el sector secundario y solo 3.8% está ocupada en el sector primario (agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca).
La lucha para distinguirse en el ámbito social y laboral continúa, tienen que demostrar día a día que son capaces de desempeñarse en cualquier puesto, que igual pueden emprender su propio negocio o dirigir una empresa trasnacional con el mismo compromiso y dedicación. No obstante, aún queda mucho por hacer.
De las mujeres ocupadas, 23.3% trabajan por cuenta propia, 2.3% son empleadoras y 7.5% no recibe remuneración por su trabajo. Dos de cada tres mujeres ocupadas (66.9%) son subordinadas y remuneradas, de ellas, 37.7% no cuenta con acceso a servicios de salud como prestación laboral, 41.9% labora sin tener un contrato escrito, más de la tercera parte (33.8%) no cuenta con prestaciones laborales, solo una de cada dos trabajadoras subordinadas (55.2%) goza de vacaciones pagadas, 62.6% recibe aguinaldo y 16.9% reparto de utilidades.
Cifras y datos que llevan a la reflexión. Trabajo sin remuneración, sin servicios de salud dignos, sin prestaciones laborales, sin contrato, sin vacaciones. Sólo por ser mujer.
Fuente: http://www.inegi.org.mx/
Ivonne Álvarez
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