En pleno siglo XXI, aún existen personas que aseguran que un buen líder manda y castiga a sus empleados, nada más alejado de la realidad.
Y menos para las nuevas generaciones, como los millennials, que actualmente está acaparando el sector laboral. En México, 2 de cada 10 empleos están ocupados por jóvenes de entre 20 y 29 años, mismos que demandan estilos de liderazgo que fomenten su productividad y orienten su desarrollo profesional.
“Un buen líder es la persona capaz de influir en otros de manera efectiva hacia el cumplimiento de metas y objetivos”, explicó Paulina Torres, Business Trainer y socia fundadora de Moudus, quien agregó que está demostrado que la figura del líder es la clave en el rendimiento y productividad de los empleados, sobre todo en los más jóvenes.
Según el ranking de Doing Business, México ocupa el lugar 49 de 190 de las economías más atractivas para el desarrollo de negocios, sin embargo, el liderazgo empresarial que es clave para que los negocios crezcan y se consoliden, aún es primitivo.
Por lo que se puede afirmar que el liderazgo inspiracional es el que ha demostrado que puede aumentar la productividad en los colaboradores y al mismo tiempo disminuir su rotación, especialmente con los milennials, derivado del alto grado de apertura, empatía y de la convicción con la que los líderes desempeñan sus funciones”, aseguró la experta.
Pero ¿cómo se puede desarrollar este tipo de liderazgo? Para iniciar se requiere de trabajo constante con las cabezas de las operaciones de las organizaciones, lo que resulta en el desarrollo y reforzamiento de habilidades como empatía, comunicación efectiva, claridad de pensamiento, inteligencia emocional, negociación, así como la disciplina de disfrutar de una vida laboral balanceada, lo que se logra a través de programas de capacitación.
“El gran reto para las empresas de cualquier tamaño, es entender que la productividad no sólo gira en torno a la entrega de resultados, sino que existen tanto aspectos organizacionales- ambiente laboral, la idoneidad de las instalaciones para desempeñar las tareas asignadas, la justa remuneración, y la comunicación abierta-, como personales- compromiso con la posición y saber detectar patrones personales autolimitantes para que no impidan el crecimiento propio-, que se deben considerar cuando se pretende optimizar el desempeño individual y de los grupos de trabajo ”, afirmó Torres.
Las cifras no mienten, en nuestro país, sólo 2 de cada 8 empresas invierten en capacitación, lo que resulta en altas tasas de rotación y baja productividad.
Afortunadamente, existen consultorías especializadas que hacen intervenciones en las empresas que las ayudan a identificar sus áreas de oportunidad y así incrementar su rendimiento, con la implementación de procesos alineados con la estrategia de cada negocio.
Más informes: www.moundus.com
Redacción
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