El monitoreo que realiza la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) del 15 de junio al 15 de julio nos da cuenta de la ráfaga de aumento de precios en productos esenciales como: naranja (56.08%), papa (26.09%), sopa de pasta (28.57%), cebolla (24.19%), limón (16.67%), chocolate en polvo (9.29%), arroz (5.26%), frijol (2.56%), lenteja (9.09%).
Por el impacto del Covid-19, en el mes de junio se perdieron 83,311 empleos, que de manera acumulada en los últimos 4 meses se han perdido más de un millón 114 mil empleos formales, aunado a los más de 10 millones de empleos informales que se han cancelado.
La contracción del mercado se aprecia también por la escalada de precios alcistas de los productos de primera necesidad que en todo lo que va del año no han dejado de aumentar su precio, algunos hasta en más de un 80%.
“El marco de esta tensión social, indudablemente, es la pandemia del Covid-19 que noche a noche luce sus fauces con un elevado número contagios y muertes. Pareciera que el virus se burla de las autoridades, que nerviosas buscan esquivar culpas y responsabilidades. También pareciera que se ríe de la sonrisa de quienes insisten en decir que la amenaza pandémica pierde fuerza y cada vez es más débil. El Covid-19 no deja de carcajearse cuando la autoridad insiste en decir que todo pudo ser peor. El coronavirus revira y sentencia: aún no he terminado. Lo cierto es que no se ha logrado controlar la pandemia en el país, que la inadecuada reactivación nos lleva al rebrote pandémico y el semáforo naranja, más que naranja, es de un color rojo carmesí”, señaló Cuauhtémoc Rivera.
De esa forma no lograremos salir bien librados de esta amenaza sanitaria. La autoridad, más temprano que tarde, reconocerá que la pandemia está en pleno apogeo. Al decir esto con claridad, la población entenderá que no debe bajar la guardia. No debemos caer en amarillismos y alarmismos, pero mucho menos debemos dar falsas expectativas de solución cuando el riesgo pandémico está tocando a nuestras puertas. La población tiene derecho a estar debidamente informada y, a estas alturas, con tantas contradicciones y equivocaciones en que han incurrido las autoridades responsables de controlar la pandemia, la gente terminó por ya no creerles nada.
Redacción
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