Después de causar estragos en nuestras familias, la economía y el tejido social general de países de todo el mundo, el COVID está disminuyendo. O al menos estamos aprendiendo a vivir con una pandemia colgando sobre nuestras cabezas colectivas. De acuerdo con un artículo de Deloitte Insights, las economías del continente americano se están recuperando y la demanda está por encima de los niveles anteriores a la crisis de COVID-19.
Todo bien, pero ¿qué pasa con la mano de obra de fabricación? Cuando estalló la pandemia del COVID-19 en marzo de 2020, estábamos luchando por encontrar trabajadores, calificados o de nivel inicial, para trabajos de fabricación en todas las industrias. ¿Y dónde estamos hoy? ¡Más profundo en el agujero!
En marzo de 2020, encontrar y retener una fuerza laboral de calidad fue el problema número uno. Avancemos hasta enero de 2022 y ese problema se ha reducido al número tres, superado solo por los desafíos de la cadena de suministro y el aumento de los costos de las materias primas. Pero la mano de obra sigue siendo un desafío importante, ya que el 85% de los encuestados informaron puestos vacantes que no pueden cubrir.
En enero de 2020, se reportaron cerca de 480,000 puestos de trabajo abiertos en el sector manufacturero. Para noviembre de 2021, ese número había aumentado a 858,000 puestos de trabajo de manufactura abiertos.
Disminución de la fuerza de trabajo de manufactura
En 2019, Deloitte descubrió que el 27 % de la fuerza laboral de fabricación tenía 55 años o más, y la generación boomer continúa jubilándose a un ritmo de aproximadamente de 10,000 por día. Desafortunadamente, millennials y aquellas personas de las generación X y Z muestran un interés muy limitado en trabajar en áreas de manufactura.
En resumen, los baby boomers están dejando la manufactura más rápido de lo que están entrando las generaciones más jóvenes. Y esto se complica aún más por la brecha de habilidades. Deloitte y The Manufacturing Institute en un análisis de 2021 informaron que el 36% de los nuevos ingresantes al mercado laboral (o sus padres) no tenían interés en la industria, y el 38 % tenían expectativas desalineadas. Y esto se suma a la falta de educación STEM y programas efectivos de capacitación laboral.
El Impacto real del COVID-19
El COVID-19 ha alentado a la fuerza laboral de fabricación boomer a jubilarse a un ritmo aún más rápido. Un análisis del Pew Research Center mostró que, las jubilaciones se aceleraron después de la recesión de COVID-19. Se jubilaron alrededor de 1,7 millones de personas adicionales (baby boomers) en 2020 en comparación con 2019, y ese número siguió aumentando en 2021 a un total de 3 millones de jubilaciones adicionales.
¿Desempleo?
En febrero de 2020, diferentes informes reportan que el desempleo en distintas partes de EUA y América Latina era del 3,5 %, que rápidamente se disparó al 14,7 % en abril de 2020. En diciembre de 2021, el desempleo se había derrumbado nuevamente al 3,9 % y se prevé que siga cayendo.
Una columna de enero de 2022 en Forbes proyecta un 3% de desempleo para 2023, el más bajo en 70 años. Vale la pena señalar que muchos economistas consideran que el 4% será totalmente empleado.
Un tema clave es la tasa de participación en la fuerza laboral, que permanece estancada en 61,9 % frente al 63,3 % anterior a la pandemia. Un diferencial de 1,4% puede parecer menor, pero equivale a una caída en la fuerza laboral de aproximadamente 1,4 millones de trabajadores.
El panorama a largo plazo
La demografía de la situación laboral manufacturera no es agradable y los desafíos continuarán. El artículo de Deloitte Insights proyecta una brecha de 2,1 millones de puestos de trabajo de fabricación vacantes para 2030 debido a una combinación de brecha de habilidades y el estancamiento de la fuerza laboral.
Por Denis Pineda, Presidente Regional para Latinoamérica, de Universal Robots
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