En la actualidad, las presiones que tienen las empresas y las instituciones a nivel mundial para cumplir con los objetivos de carbono NetZero son cada vez más altas. Además, la mayoría de los líderes de TI tienen el reto adicional de mantenerse al día con las demandas de nuevas tecnologías, lo que significa la búsqueda constante de equilibrio para permitir que las personas trabajen y se desempeñen mejor, mientras se aborda el cumplimiento de los objetivos de ESG.
La automatización ahora domina el pensamiento del comprador de TI. Siguen surgiendo nuevos productos y herramientas. Por ejemplo, el fundador de Microsoft, Bill Gates, habló recientemente sobre el enorme potencial de los asistentes de IA, sugiriendo que ha comenzado la carrera para que las organizaciones desarrollen poderosos asistentes de IA que podrían remodelar el panorama digital. Sugirió que éstos podrían cambiar los hábitos de vida y el trabajo de las personas. Ya lo hemos visto con ChatGPT, mientras que Microsoft ya se movió en esta dirección con el anuncio de su asistente Copilot AI para 365.
El hecho es que la automatización es atractiva para las organizaciones, por su productividad, eficiencia y superación de la escasez de habilidades, pero puede tener un costo, tanto financiero como ambiental. Como advirtió Gartner en sus 10 predicciones estratégicas para 2023, la IA conlleva un mayor riesgo de sostenibilidad. Para 2025, dice, “la IA consumirá más energía que la fuerza laboral humana”.
Cumplir con los objetivos de ESG es, al menos según Deloitte, un tema más destacado en las salas de juntas este año, por lo que será clave saber cómo las organizaciones equilibren esto con mayores necesidades de automatización. La computación en la nube es, por supuesto, fundamental para la habilitación de herramientas de IA en las organizaciones.
Como Gartner reveló recientemente en su investigación, se espera que el gasto mundial en la nube alcance alrededor de 600 mil millones de dólares este año, impulsado principalmente por tecnologías emergentes, como la IA generativa. Sid Nag, vicepresidente analista de Gartner, dice que la IA generativa requiere “capacidades informáticas potentes y altamente escalables para procesar datos en tiempo real”, y que la nube ofrece la solución perfecta”.
Apogeo de la nube
La nube sigue siendo perseguida por afirmaciones de que es dañina para el medio ambiente, y que no ayuda a las organizaciones a alcanzar sus objetivos de ESG. De hecho, la industria de la nube ha sido una de las más activas en tratar de aumentar la eficiencia y reducir los impactos ambientales. Tal es la demanda de servicios en la nube que, inevitablemente, mantenerse al día es difícil. Apilar más racks en un centro de datos es una solución a corto plazo, pero no una respuesta a largo plazo.
Nuestro reciente informe Enterprise Cloud Index, (ECI) indica que el 85% de los 1,450 responsables de la toma de decisiones de TI a nivel mundial reconocieron que alcanzar los objetivos de sostenibilidad corporativa es un desafío para ellos. Si bien casi todos (92%) dijeron que la sustentabilidad era un tema mucho más importante que hace un año, claramente existe una desconexión entre lo que las organizaciones quieren lograr y cómo lo hacen.
Nuestra investigación muestra que la mayoría de las organizaciones utilizan más de un tipo de infraestructura de TI, ya sea una combinación de nubes públicas y privadas, varias nubes públicas o un centro de datos local, junto con un centro de datos alojado. Esto solo va a crecer, pero las infraestructuras mixtas crean nuevos desafíos de gestión. Dada la mayor complejidad, las organizaciones necesitan un lugar único y unificado para administrar las aplicaciones y los datos en sus diversos entornos, para reducir los costos, pero también para medir los impactos.
Replanteando el panorama
Como sugiere Atlantic Ventures en su informe Mejorando la sustentabilidad en los centros de datos, la demanda de energía requerida en los centros de datos sigue siendo muy alta y genera grandes cantidades de emisiones de dióxido de carbono. El consumo de energía es un factor importante para medir el desempeño ambiental de los centros de datos, pero ahora se cuestiona un método tradicional.
La eficacia del uso de la energía (PUE) como herramienta de medición está perdiendo valor. Todavía tiene lugar como métrica de mejora interna, pero no es tan útil cuando se trata de hacer comparaciones externas.
La modernización comienza con infraestructuras hiperconvergentes (HCI), reduciendo las “piezas móviles” y, por lo tanto, las necesidades energéticas. Esto también significa menos complejidad, tanto en términos de estructuras de nube como de gestión de datos. Esto es lo que logrará los resultados más directos.
Para cualquier organización que busque adoptar la IA y las aplicaciones de automatización, ahora es clave abordar la complejidad de la infraestructura. La gestión de centros de datos es un negocio cada vez más especializado y, a medida que se requieren más y más datos en tiempo real, los desafíos para las organizaciones sólo aumentan. Con los socios adecuados y la infraestructura más eficiente, cualquier organización podría considerarse preparada para la IA sin sacrificar los objetivos de ESG.
Por Sammy Zoghlami, vicepresidente sénior de EMEA en Nutanix.
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