Las PyMEs tienen una esperanza de vida de 8.4 años y el 99% son micro y pequeñas empresas, lo cual hace que la población de empresas en el país sea muy joven y pequeña.
Las instituciones financieras tradicionales tienen pocas herramientas donde puedan generar información e identificar el riesgo real que representa dar crédito a PyMEs. Además, la operación de este tipo de instituciones crediticias no ha adoptado la tecnología como un medio para acercarse a las PyMEs, por lo que atenderlas se vuelve muy costoso y poco eficiente.
Ante este contexto, en México, las PyMEs tienen un bajo nivel de bancarización y acceso a financiamiento formal. Solo el 38% cuenta con una cuenta bancaria y el 9% tiene un crédito bancario, de acuerdo con datos de Datamexico y OCDE. Estas limitantes existen por factores tanto del mercado como de las instituciones financieras que atienden a estas compañías. El resultado es que solo el 30% de las PyMEs ha solicitado financiamiento de manera formal, de acuerdo con ENAFIN.
“Esto las hace incompatibles con los requisitos mínimos que solicita cualquier institución bancaria para otorgar un crédito. También, muy pocos de los emprendedores que dirigen estas micro y pequeñas empresas tienen activos viables de apalancamiento para la obtención de financiamiento, que serían las garantías, el segundo requisito indispensable de los bancos” explica Gerardo Briones, CEO y co founder de Pagaloop, plataforma de pagos B2B que ayuda a las PyMEs a solventar sus gastos a través de sus tarjetas de crédito.
Alternativas de financiamiento para PyMEs en etapas tempranas
A pesar de las limitantes, sí existen diferentes tipos de alternativas de financiamiento para PyMEs en etapas tempranas. “Con el surgimiento del ecosistema fintech, han nacido muchos modelos de negocio innovadores que están enfocados en atender las problemáticas del mercado y que buscan democratizar el acceso a financiamiento para este mercado tan grande de las PyMEs” comenta Briones.
Dependiendo del tipo y propósito del financiamiento que se requiere, Pagaloop presenta diferentes alternativas para empresas en etapas tempranas:
- Financiamiento de proyectos
El crowdfunding o financiamiento colectivo se ha vuelto muy popular para el respaldo de proyectos específicos para empresas en etapas tempranas o que buscan alternativas más rápidas o accesibles que el financiamiento tradicional. Dentro de los modelos más populares reconocidos por la CNVB, están los de proyectos inmobiliarios y los de deuda, que permiten, por ejemplo, comprar equipo o maquinaria para el negocio a través de arrendamientos o créditos.
Según información de la Asociación de Plataformas de Financiamiento Colectivo (AFICO), el sector ha fondeado más de $8,400 MDP en los últimos cinco años, lo cual representa un crecimiento de casi el 700% para este periodo.
- Financiamiento de Operación
Quizá lo más complicado de financiar para las empresas en etapas tempranas es la operación del día a día o el capital de trabajo, ya que muchas veces las necesidades llegan de manera precipitada, cuando requieren atender un pedido o cliente muy grande o se retrasa algún pago que iba a permitir solventar los gastos corrientes del mes.
Gerardo Briones agrega que “una alternativa son las tarjetas de crédito. Muchos emprendedores cuentan con una tarjeta de crédito personal o empresarial. Esta opción muchas veces es olvidada o subutilizada por los emprendedores, y puede ser una gran herramienta que permite solventar gastos de la empresa y aprovechar su inmediatez y flexibilidad”.
También señala que otra alternativa son las fintechs enfocadas a crédito PyME. Existen algunas empresas que han incorporado tecnología para poder hacer un análisis de riesgo alternativo y pueden ofrecer créditos a empresas más pequeñas o jóvenes. Sin embargo, esta opción tiende a ser costosa y no es inmediata.
- Financiamiento de crecimiento
Cuando una empresa en etapas tempranas requiere financiamiento para crecer y las alternativas tradicionales de crédito no están disponibles, entonces la mejor alternativa es un aumento de capital. Es decir, buscar socios nuevos para el negocio que inyecten capital y puedan aportar también apoyo estratégico que ayude a ese crecimiento. Esta opción es la más riesgosa y compleja, pues implica unirse en sociedad con una persona y compartir los éxitos, así como los fracasos. Tampoco es una solución inmediata y accesible.
“Los emprendedores y dueños de las PyMEs sí tienen alternativas para crecer, operar y afrontar los retos de sacar un negocio adelante. Creo que todo es cuestión de que busquen y utilicen herramientas que los nuevos modelos de negocio están proponiendo para empoderarlos y darle uso creativo a los recursos que ya tienen, como podría ser su tarjeta de crédito” puntualiza Briones.
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