Día Mundial del Agua: El impacto de la acuicultura en Latinoamérica

Cada 22 de marzo, el mundo conmemora el Día Mundial del Agua, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para concientizar sobre la importancia del agua dulce y su gestión sostenible. Sin embargo, el crecimiento de la acuicultura en Latinoamérica plantea un desafío urgente: el uso excesivo y la contaminación del agua, amenazando tanto la biodiversidad como la seguridad hídrica de comunidades locales.

El impacto ambiental de la acuicultura en Chile

Chile es el segundo mayor productor de salmón a nivel mundial, solo detrás de Noruega. Sin embargo, este sector ha sido señalado por su impacto en las aguas del sur del país. Según un informe del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, la acuicultura en Chile genera contaminación por el uso excesivo de antibióticos, residuos de alimentos y la expansión de las concesiones en áreas naturales protegidas. Además, el cultivo intensivo de salmones no solo afecta el equilibrio ecológico de los ecosistemas marinos, sino que también ejerce una enorme presión sobre los recursos hídricos en tierra, donde las pisciculturas requieren grandes volúmenes de agua dulce para su operación.

La situación en Colombia, México y Perú

Colombia: La producción acuícola ha crecido en los últimos años, con la tilapia como la principal especie cultivada. Sin embargo, el Instituto Humboldt ha advertido que la expansión de la acuicultura puede afectar los ecosistemas de humedales y generar conflictos por el uso del agua en regiones donde este recurso es limitado.

México: El país ha impulsado la acuicultura como estrategia de seguridad alimentaria, pero informes de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) han señalado que las granjas camaroneras en la costa del Pacífico han contribuido a la degradación de manglares y la sobreexplotación de cuerpos de agua.

Perú: La acuicultura de trucha en la sierra peruana ha crecido exponencialmente, especialmente en el Lago Titicaca. No obstante, según un estudio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la contaminación por residuos orgánicos derivados de la producción ha afectado la calidad del agua, impactando a comunidades locales que dependen del lago para consumo humano y riego.

Estrés hídrico en México por región

México enfrenta un panorama preocupante en cuanto a disponibilidad de agua, con varias regiones en riesgo de sufrir un aumento significativo del estrés hídrico en los próximos años:

  • Valle de México: Esta área, que incluye la Ciudad de México y su zona metropolitana, ya enfrenta una escasez absoluta de agua. Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la disponibilidad per cápita era de 143 metros cúbicos por persona al año en 2018, y se estima que para 2030 esta cifra disminuirá aún más.
  • Norte y Bajío: Estados como Baja California, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro presentan altos niveles de estrés hídrico, con proyecciones que indican un agravamiento hacia 2050 si no se toman medidas de adaptación.
  • Sur del país: Estados como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Campeche, Veracruz y Tabasco presentan menor exposición al estrés hídrico y se espera que esta condición se mantenga en el futuro.

Un llamado a la gestión sostenible del agua

“El impacto ambiental en los ecosistemas marinos y terrestres de los cultivos acuícolas en Latinoamérica es innegable, y su futuro depende de adaptarse a estándares más sostenibles y responsables. Mejorar el bienestar animal no solo es una exigencia ética, sino también una estrategia clave para la competitividad del sector y la protección del agua, un recurso esencial que no podemos seguir contaminando. Así es como la nueva Ley de Acuicultura en Chile debe garantizar condiciones adecuadas para los animales y regular el uso del agua de manera eficiente, reduciendo la contaminación y asegurando la sostenibilidad de la industria. Sin estos cambios, la actividad acuícola seguirá comprometiendo la salud de nuestros ecosistemas y su propio futuro”, señala Magdalena López, directora de campañas en Observatorio Animal.

En este contexto, el Foro Permanente Binacional de Agua ha destacado la necesidad de fortalecer las políticas de conservación y regulación del agua en América Latina, promoviendo estrategias de acuicultura sostenible que minimicen su impacto ambiental. El reto de garantizar la seguridad hídrica requiere la colaboración de gobiernos, empresas y comunidades para adoptar prácticas responsables y asegurar el acceso al agua para las futuras generaciones.

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