Terminó la época electoral. Es hora que nuestros candidatos empiecen a trabajar en los temas más relevantes de la agenda nacional en aspectos de especial relevancia como la seguridad nacional, la salud, la educación, el empleo, el narcotráfico y la crisis económica. Sin duda alguna un tema que no quedará fuera es la recaudación de impuestos, para lo cual surgirán ideas novedosas para que el gobierno adquiera más fondos del erario público.
Una idea que empieza a hacer eco es la que hace el Consejo Coordinador Empresarial al proponer un IVA generalizado del 10%. Economistas mexicanos han analizado seriamente la propuesta; sin embargo, implica que también los alimentos y medicinas estarían gravados. Dado que los alimentos son productos de primera necesidad nadie podría evadir este impuesto.
Los alimentos son productos con baja elasticidad, es decir, la gente lo debe seguir consumiendo aunque suba el precio. Sin remedio alguno, todos tendríamos vela en este entierro.
Es justificable pensar en soluciones para los problemas que enfrenta el gobierno. La Secretaría de Hacienda tiene pocas expectativas sobre la cantidad de dinero que podrá recibir este año en impuestos. Indicadores macroeconómicos muestran caídas en los ingresos petroleros, en las exportaciones, en la inversión extranjera, en la actividad económica, en el consumo e incluso en el turismo (tras la crisis mundial y el temor generalizado de la influenza).
Sin embargo, considero que es irresponsable pensar en el IVA en alimentos como una alternativa viable por las connotaciones políticas de este tema. México atraviesa por un periodo de baja gobernabilidad pues es bastante complicado generar consensos en las cámaras. Los tres principales partidos defienden con ahínco sus posturas y son capaces de hacer plantones en el recinto legislativo para no dejar pasar una ley, como ya lo hemos visto en meses anteriores en innumerables ocasiones.
Además, hay partidos que ya han dado un rotundo rechazo al tema del IVA en alimentos. Por ejemplo, el PRI aseguró, en mayo, que rechazará rotundamente la propuesta pues se harían más profundos los efectos de la crisis económica en la mayoría de la población. Así lo declaró José Aispuro, integrante de la comisión de hacienda el año pasado. El PRD, por su parte, mantuvo durante toda su campaña en 2009 la postura de no subir impuestos. Al parecer, es sólo el PAN (aunque no de forma oficial) quien apoya esta propuesta.
Desde mi punto de vista es claro que proponer IVA en alimentos es una hazaña aventurada que sólo generará polémica innecesaria. Es claro que no va a pasar la propuesta pues ni el PRI ni el PRD la apoyan. El solo hecho de proponer esta idea hará que cientos de personas se atasquen en las calles de la Ciudad de México y dejará más claras las diferencias entre los partidos políticos y sus seguidores.
Es cierto que México no atraviesa por situaciones favorables, pero no es momento de poner en la mesa temas que, por su naturaleza, alteran a la sociedad mexicana y la enfrentan. Este 2009 es año de unidad y consenso, las cuales son las únicas virtudes que nos podrán sacar de esta crisis.
Alberto Sánchez Morales/jóvenes informados