La Cuarta Revolución Industrial, muchas veces llamada Industria 4.0, es inminente. Vivimos un ritmo de avances tecnológicos como nunca antes se había experimentado. En esta nueva era, máquinas y materiales contextualizados, alimentados por software interconectado mediante interfaces de programación de aplicaciones (APIs), impulsarán el cambio en un nivel sin precedentes. En este contexto, la mentalidad que hoy hace que cambie el software también proporciona un camino de transformación hacia esa realidad, con la intención de hacer que nuestra sociedad sea verdaderamente ágil.
El camino hacia la agilidad
En su esencia, la agilidad significa unir a las personas a manera de promover el compromiso productivo, definido por la interacción en busca de una solución. Y, a lo largo del camino, abrazar el cambio.
Reflejar principios ágiles —utilizados en el desarrollo de software para integrar áreas y hacer más fluido el proceso de creación de sistemas— significa evaluar críticamente la manera como se manejan las organizaciones e instituciones. Absteniéndose de las reglas en favor de los resultados; respondiendo al cambio frente a un plan estricto (y estático) que seguir; y alentando la participación y la autonomía sobre una imposición de mando y control con jerarquía desactualizada.
Esos cambios no serán fáciles ni ocurrirán de la noche a la mañana, por lo que recomiendo que comencemos a actuar en tres áreas críticas: 1) Cómo gobernamos; 2) Cómo liberar el potencial de nuestra gente; y 3) Cómo podemos maximizar nuestro uso de la tecnología.
Corte la cinta roja
Muchas veces, los gobiernos y las instituciones gubernamentales se consideran lentos en términos de innovación frente a sus homólogos del sector privado. Pero los que abrazan los conceptos de agilidad ven un enorme crecimiento en el compromiso de sus equipos y en los beneficios para el público al que sirven.
Un ejemplo, en los Estados Unidos hay una organización sin fines de lucro llamada Código para América. Es una organización comprometida con la modernización de programas de TI municipales que hace que trabajar para el gobierno sea divertido y creativo. Uno de los proyectos más atractivos es capacitar a las ciudades para que desarrollen una aplicación de código abierto para solucionar los problemas cívicos elegidos por los ciudadanos. Así que cualquier municipalidad puede utilizar o adaptar dicha aplicación. Y los resultados han sido notables —las autoridades y los ciudadanos han abordado los problemas locales y, a la vez, se han reducido los gastos de TI públicos—, lo que permitió a las entidades gubernamentales compartir códigos entre sí.
Capacite una fuerza de trabajo diversificada
El éxito de las organizaciones de todos tipos es directamente proporcional al fortalecimiento y compromiso de su gente.
Se trata de garantizar que la fuerza de trabajo que se tiene se sienta cómoda para expresarse. Eso incluye las ideas que conduzcan a la innovación y al rechazo a cualquier tipo de discriminación. En mi
experiencia, más diversidad resulta, de manera constructiva, en soluciones más robustas.
Asimismo, hay que reconocer que hay un tema que no recibe suficiente atención en términos de tecnología y es la igualdad de género. En los países en desarrollo, 200 millones de mujeres menos que hombres tienen acceso a la tecnología en línea. Me encanta la idea de aumentar el número de mujeres en la fuerza de trabajo global —específicamente en tecnología—, a comenzar por la introducción de chicas en la educación científica (STEM) en una edad joven. La capacitación escolar temprana debe ser el campo de batalla para el reclutamiento de las futuras superestrellas técnicas.
Libere el poder de la tecnología
El software es la fuerza más transformadora en la economía global de hoy. Según una encuesta global realizada en noviembre de 2015 por el Departamento de Servicios Analíticos para Negocios de Harvard a 250 líderes de negocios, dos tercios de ellos (el 66%) dicen que el futuro de su empresa depende de la calidad de su software. Esto es tan importante para los negocios como para la sociedad.
Miles de los sistemas que nos protegen son habilitados por software. Piense en los sistemas de alerta de terremotos capaces de diseñar un retrato de la amenaza en tiempo real. O en el teléfono celular que, mediante configuraciones personalizadas, alerte a una planta sobre la necesidad de reemplazar un equipo.
La clave para el rápido avance será encontrar maneras de hacer que la tecnología sea más abierta y segura. Desde que se pusieron a disposición del público los datos del censo de los EE.UU., miles de empresas han accedido a los ricos datos demográficos para su propio uso —desde numerosas empresas, que acceden a los datos para explotar un mercado potencial, hasta nuevas startups, que son laboratorios, con la intención de encontrar insights mediante la consulta de datos—. Eso les posibilitó tomar decisiones de negocios mucho mejores.
El tiempo es ahora
Vivimos en una época notable. Es la era de la Economía de las Aplicaciones, en que las personas están conectadas con las marcas y entre sí como nunca antes habían estado. Estamos en la cumbre de la Cuarta Revolución Industrial, en que la personalización será el factor clave y el software conectará el Internet de las Cosas con la Industria 4.0. Pero solo seremos capaces de maximizar esa tecnología para convertirnos en una sociedad verdaderamente ágil si tenemos la estructura en el lugar correcto para la sociedad. Hay que comenzar por revisar la manera como gobernamos, capacitamos a las personas y utilizamos la tecnología que estamos creando y consumiendo.
Mike Gregoire, CEO global de CA Technologies
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