Las relaciones laborales entre trabajadores y empleadores se encuentran regularmente cruzadas por gran cantidad de factores. Ciertamente, cada empresa elige las vías de interacción que mejor se adecuen a sus valores y objetivos, al igual que cada trabajador se dirige en su vida laboral de acuerdo a sus características y expectativas personales.
Justamente frente a esta ambigüedad es que la aplicación de las normas y reglas es fundamental para evitar malos entendidos que puedan derivar en dificultades serias. Por lo tanto, es deseable que tanto patrones como empleados tengan claros cuales son los elementos básicos que conforman una relación laboral conforme lo dicta la ley.
El Lic. Juan Manuel Rangel Sol, experto en Derecho Laboral, considera que estos requisitos pueden entenderse en el marco de tres etapas básicas: inicio, vida y terminación de la relación laboral. A continuación, el experto comparte los elementos básicos que forman cada una de ellas, desde el ámbito del derecho laboral.
Inicio de la relación laboral
Esta ocurre al momento en que el empleado se incorpora a desempeñar labores remuneradas (a cambio de un pago) y subordinadas (respondiendo a las órdenes de un superior).
En esta etapa la ley exige que se hagan constar las condiciones de trabajo convenidas mediante un Contrato Individual de Trabajo. El contrato es indispensable, ya que es el documento legal que establece los derechos y obligaciones que corresponden a cada una de las partes.
En este documento se debe especificar el tipo de relación de trabajo que se entabla: si es por periodo de prueba, de capacitación, por tiempo determinado (temporada) o indefinida. Tanto trabajadores como patrones deben contar con una copia de este documento firmado por ambas partes.
Vida de la relación laboral
Esto incluye el registro de todo lo que vaya aconteciendo durante la relación de trabajo. Los rubros más importantes a registrar son: pagos efectuados por concepto de salarios, horarios de entrada y salida, horas extra trabajadas, permisos solicitados, periodos de vacaciones, además de otras incidencias cotidianas. El patrón se encuentra obligado a llevar y conservar éstos registros.
Estos registros deben llevarse por escrito y procurar que sean firmados por el trabajador de conformidad cada cierto tiempo (semana, quincena o mes). Los registros no requieren un formato específico, sólo deben contener la información lo más completa posible (fechas, horas, cantidades, etc.) y estar a disposición de empleados y empresas.
Los patrones deben recordar cumplir con las Normas Oficiales Mexicanas que correspondan a su industria y operación, contar con comisiones mixtas para la capacitación y adiestramiento de sus trabajadores, así como de seguridad e higiene, entre otras.
Término de la relación laboral
Esta ocurre al momento que el patrón, el empleado o ambos deciden dar por concluida la relación de trabajo o bien, si el tiempo de trabajo establecido en el contrato concluye y la relación no será renovada.
En el caso de renunciar, el trabajador tiene derecho al pago de su finiquito, el cual en caso de que no haya cumplido el año de servicios, será en su parte proporcional al tiempo laborado, el finiquito comprende el pago de aguinaldo, vacaciones y prima vacacional.
En el caso de que el trabajador tenga una antigüedad mayor a quince años de prestación de sus servicios para el patrón, también tiene derecho al pago de la Prima de Antigüedad (doce días de salario por cada año de servicios prestados), así como las prestaciones pactadas en el contrato individual y no pagadas, como pueden ser: fondo de ahorro, salarios devengados, etc.
En el caso de un despido injustificado por parte del patrón, éste se encuentra obligado a pagarle al trabajador, además del finiquito, la prima de antigüedad independientemente de la antigüedad que tenga el trabajador, y la indemnización constitucional consistente en tres meses de salario.
Es recomendable que tanto empresas como trabajadores realicen las terminaciones de la relación de trabajo de la manera más clara posible para lo cual resulta muy útil entablar una comunicación efectiva donde patrón y empleado queden claros de los términos en que cierra la relación.
Redacción Pymempresario
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