Jornadas laborales extensas, horas extras sin pago, brecha salarial por género, discriminación, centros de trabajo inseguros y/o antihigiénicos, actividades que ponen en riesgo la salud y la integridad de las personas, empleos informales, limitada libertad de asociación y una creciente violencia de género son las condiciones laborales que predominan en la industria textil, de confección y calzado en México.
Pocas marcas y organizaciones de la sociedad civil, en su mayoría internacionales, son quienes están proponiendo soluciones al respecto y tomando acciones concretas.
Recientemente tres organizaciones trabajan a favor de los derechos humanos de las mujeres quienes se han agrupado en una colaboración tripartita, impulsadas por Fundación C&A, con el objetivo de defender los derechos de las mujeres trabajadoras en la industria.
Fondo Semillas, Hispanics In Philanthropy (HIP) y el Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDESC) anuncian el proyecto “Mejorando las condiciones laborales y de vida para mujeres trabajadoras en México”, que fortalece y articulará a siete organizaciones de trabajadoras de la maquila en Aguascalientes, Jalisco, Morelos, Puebla, Coahuila, Oaxaca y la Ciudad de México.
El proyecto, con un enfoque en el género femenino, pretende fortalecer a las organizaciones de base que defienden los derechos laborales con el fin de impulsar el empoderamiento de las trabajadoras en la maquila. Además, busca señalar las responsabilidades y las obligaciones que tienen tanto el sector privado como el gobierno en el respeto y cumplimiento de los derechos laborales y humanos.
A través de este proyecto, se buscará generar espacios de diálogo entre las organizaciones locales, las empresas (marcas de ropa), las maquilas locales y las cámaras de comercio de la industria de la moda, en aras de proponer soluciones colaborativas para todas las partes involucradas.
En México, más de la mitad de las personas trabajando en la producción de prendas son mujeres, de acuerdo con datos del INEGI (2010). Mientras que a nivel global, éstas superan la cifra representando a un 80 por ciento de los trabajadores.
No cabe duda que su trabajo se traduce en importantes ingresos para la economía del país y del sector, ya que en 2015 el valor de las telas y complementos de vestir exportados fue de 40 mil 840 millones de pesos.
“Muchas veces trabajamos 12 horas de pie, y eso tiene fuertes repercusiones en la salud y en la vida de las mujeres. Para ir al baño hay que apuntarse en una lista y media hora después te dan permiso de ir. Los mejores puestos operativos los tienen los hombres y son mejor pagados”, señaló una trabajadora de esta industria.
Este proyecto es financiado por Fundación C&A desde su programa de Condiciones Laborales, en el que a través del fomento de la transparencia y el empoderamiento de los trabajadores, pretende asegurar condiciones de trabajo más dignas, seguras y justas, para hacer de la moda una fuerza para el bien.
Redacción
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