Cuando se habla sobre el manejo de emociones y su impacto en el éxito suele dirigirse hacia los equipos de trabajo y en cómo mantenerlos motivados, inspirados y productivos, tareas que recaen en un líder. Pero ¿Qué pasa cuando un líder pierde el control de sus emociones?
Un estudio de la Universidad de Harvard encontró que las emociones humanas son contagiosas. En el caso de la felicidad, se encontró que quienes decían sentirse felices podían influir en su entorno social (familia, amigos, pareja, compañeros de trabajo) y aumentar su felicidad hasta en un 15%.
En contraparte, las emociones negativas también son contagiosas. Al respecto, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) alerta que “el estrés es potencialmente contagioso, ya que estar cerca o visualizar a otras personas en situaciones de estrés, puede aumentar los niveles de cortisol del observador”.
Un ejemplo de esto se da cuando un líder se muestra muy ansioso o agresivo en una situación de crisis, lo que puede desencadenar un ambiente de incertidumbre y miedo en el equipo y afectar negativamente su rendimiento. En cambio, cuando el líder es empático, detona un ambiente laboral más saludable y colaborativo.
Identificar a un líder que sabe gestionar sus emociones es sencillo: disfrutan lo que hacen y reflexionan sobre las situaciones, sobre lo que piensan, lo que sienten y se autocuestionan lo que hacen. Además utilizan la vida laboral para enriquecer su mundo interno y probablemente también tienen una vida espiritual muy enriquecida.
La Coach Empresarial, Bety Galván comparte 5 prácticas que ayudan a un líder a mejorar la gestión de sus emociones:
- Dedica unos minutos cada día para reflexionar sobre tus emociones. Observa cómo te sientes en diferentes situaciones y pregúntate por qué te sientes de esa manera.
- En momentos de estrés o tensión, practica la respiración consciente. Toma unos minutos para respirar profundamente y concentrarte en tu respiración.
- Establece momentos regulares en tu agenda para cuidar de ti mismo. Puede ser hacer ejercicio, practicar alguna afición que te guste, meditar o simplemente disfrutar de un tiempo tranquilo.
- Cuando interactúes con tu equipo, practica la escucha activa. Presta atención genuina a lo que dicen y muestra interés por sus emociones y perspectivas.
- Al final de cada día, reflexiona sobre tres cosas por las que estés agradecido en tu vida y en tu trabajo. Pueden ser pequeños logros, momentos de alegría o apreciación por las personas que te rodean.
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