La pandemia de COVID-19 impactó a todos los sectores empresariales pero la manufactura fue uno de los más afectados. La lista de efectos negativos podría incluir la seguridad en el lugar de trabajo, el acceso a mano de obra, el colapso de la demanda y los ingresos, la reestructuración inmediata de cadenas de suministro y más. ¿Quién podría haber predicho que los destiladores y los cerveceros fabricarían desinfectantes de manos, y marcas de moda de alta costura se dedicarían a la producción de máscaras y exfoliantes?
La realidad es que se han aplazado muchos proyectos de transformación digital, inteligencia artificial, Internet de las cosas, industria 4.0, experiencia del usuario y nuevos canales de comercialización y estrategias de cadena de valor. Todos están en pausa. Hoy se trata de la realidad de corto plazo, que se enfoca en mantener las operaciones y sobrevivir.
¿Pero qué se puede hacer? Manejar costos base se ha convertido en la prioridad número uno. Muchos CIO informan que han ajustado sus agendas para apoyar el trabajo desde casa y este es el momento en el que deberían estar examinando minuciosamente costos como un aspecto crítico de la famosa “nueva normalidad”.
¿Cómo se ve esa nueva normalidad? En una palabra, eficiente. Los fabricantes necesitan encontrar nuevos niveles de eficiencia, extrayendo todos los costos posibles para estar en la mejor posición para operar como lo hacían antes. Y eso nos lleva a los ERP. Los sistemas ERP son el corazón digital de las operaciones de manufactura y generalmente representan la mayor inversión de software que hará un fabricante, por lo que tiene sentido analizar la economía de esas inversiones.
Pero no se trata de cambiar una marca por otra, ya que los días en que un ERP podía ofrecer un valor agregado significativa, y mucho menos una diferenciación competitiva, han quedado atrás. El tiempo de auge de las personalizaciones de ERP y las tendencias que lo acompañan para los integradores de sistemas que implementan tales aplicaciones personalizadas se ha desvanecido. La postura tradicional de los fabricantes de tecnología de afirmar que su ERP podría ayudar a aumentar los ingresos también parece muy difícil de justificar en este momento. La prioridad para los clientes es identificar los ahorros logrados al reducir costos.
Es el momento adecuado
Hay otra razón por la que los CIO del sector manufacturero deberían estar analizando de cerca sus hojas de cálculo de costos de ERP en este momento. SAP surge como una de las compañías más grandes en sistemas de ERP que aparentemente está implementando cambios en sus productos y planes de soporte.
Cualquier usuario de SAP debe saber que el gigante alemán quiere trasladar su base instalada actualmente en ECC 6.0 hacia S / 4HANA en la nube. Aunque la fecha límite de soporte general de final de vida para esta plataforma se ha pospuesto hasta 2027, es un punto de inflexión que obliga a las empresas a tomar decisiones sobre el futuro de las aplicaciones críticas, estén o no preparados. Esta estrategia es efectivamente una manera de forzar a los clientes a continuar bajo el soporte de su proveedor de ERP, dado lo difícil que esto podría hacer el deshacerse de un proveedor de ERP.
Para SAP es una forma de mantener sus planes en el buen camino con SKUs optimizados e ingresos generales de soporte, pero para los clientes existe un alto riesgo de fallos en la implementación, los cuales potencialmente interrumpen las operaciones. Algunos ejemplos de estos casos son los de Revlon, Hertz, Leaseplan, Haribo y National Grid, que han dejado lecciones alarmantes.
Y con el COVID-19 demoliendo la dinámica habitual de manufactura, el plan de negocios de SAP difícilmente podría llegar en un peor momento para las empresas que necesitan todo el margen de maniobra y el mayor enfoque que puedan reunir sólo para superar la crisis. El desafío es que SAP está tan profundamente arraigado en la industria manufacturera, donde afirma estar involucrado en el 77% de los ingresos por transacciones globales. Muchas instalaciones implementadas internamente están altamente personalizadas y eso significa que podría ser un desafío replicarlas en su forma actual en el nuevo entorno S / 4HANA, a pesar del compromiso de SAP de trabajar incansablemente hacia ese objetivo. Entonces, existe el enigma: migrar a S / 4HANA, potencialmente perder tus aplicaciones altamente personalizadas, y arriesgarte a no tener alternativas fuera de SAP, o no migrar, mantener tus aplicaciones personalizadas, pero arriesgarte a perder el soporte completo. Entonces, ¿qué pueden hacer los clientes de SAP?
Un juego de riesgo
En primer lugar, los clientes deben comprender que 2027 es un plazo arbitrario establecido para el beneficio de SAP, no de sus clientes, que tienen opciones. Incluso para aquellos que ya tienen la intención de migrar estratégicamente a la nube, es importante comprender cuán desafiante puede ser la transición. Esta no es una operación sencilla y probablemente ahora no sea el momento de aceptar acciones arriesgadas que propone SAP, como pasar a SuccessFactors para la nómina.
La elección equilibrada para que muchos ganen tiempo para tomar esa gran decisión de actualización, y reducir los costos al mismo tiempo, será la adopción de soporte independiente. La mayoría de los clientes no quieren verse presos o intimidados por los proveedores, especialmente ahora. Al permanecer total o parcialmente implementados internamente, los servicios de administración de aplicaciones y soporte independiente (AMS) brindan un soporte sólido a costos muy por debajo del impuesto anual de mantenimiento del 22 por ciento de SAP. La transformación digital y la Industria 4.0 serán fundamentales para los manufactureros una vez que hayan superado la pandemia, pero esas grandes decisiones estarán suspendidas por ahora.
Gartner predice, de acuerdo con las consultas que recibe de los líderes de abastecimiento, adquisiciones y gestión de proveedores, que el soporte independiente se triplicará en tres años, de un mercado de 351 millones de dólares en 2019 a uno con valor de 1.500 millones de dólares para 2023. Sin duda, estamos viendo olas de interés sin precedentes, ya que los CIO buscan poner atención en los costos con urgencia. En última instancia, las empresas actuarán de forma pragmática y, en estos tiempos extraordinarios, eso significa reducir los costos y no sujetarse a los deseos de sus proveedores, que deberían enfocarse en atenderlos.
Por Alejandro González, Country Manager México de Rimini Street.
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