Todos los días escuchamos en las noticias, incesantes notas que hablan respecto a la crisis económica mundial que aqueja a las economías del mundo. Nos encontramos con crisis en España, Grecia, Brasil, Estados Unidos, etcétera. Les comparto algunos datos interesantes, entre 1970 y 1992 la economía japonesa creció 173% y el empleo sólo 25%, en la Unión Europea fueron los crecimientos fueron del orden de 81 y 9% respectivamente mientras que en EUA la economía creció en términos reales 70% y el empleo sólo 49% (Hopenhayn, 2004).
En México las cifras no son muy diferentes, entre 1970 y 2003 la economía creció 123% y el empleo 80%, pero la población aumentó 210%. Estos datos nos hacen evidente que las economías en el mundo crecen y se desarrollan, generando oportunidades y riqueza, pero los empleos no crecen al mismo ritmo. En México tenemos un crecimiento del empleo formal del 80% contrastado con un crecimiento en la población del 210%, es decir tenemos más pobladores que empleos. Este dato es crítico.
Veamos otro ejemplo, en 2008, la UNAM tituló a 17,060 alumnos de licenciatura, estamos hablando de una sola universidad del país, solo de una, mientras que de 2008 a 2009 el IMSS disminuyó sus afiliados en 442 mil personas. Entonces, los egresados de las Universidades, ¿en dónde encontrarán empleo, si las fuentes formales de las mismas, se reducen? Y solo hablamos de los alumnos egresados de una institución, pero nos falta contabilizar el resto de instituciones, y a ello sumar a los jóvenes en México que no estudian y que tampoco tienen un empleo.
Hasta aquí, los datos no son alentadores, pareciera que el bono demográfico que nuestro país presume, está siendo desperdiciado de manera desastrosa, sin embargo existe una alternativa excepcional: Emprender.
Cuando las personas escuchan historias como las de Mark Zuckerberg, Steve Jobs y Jeff Bezos, consideran que son historias alejadas de la realidad, qué son garbanzos de a libra en un mundo en donde las oportunidades se escapan como granos de arena en un puño, sin embargo hay otras historias más terrenales, que permiten entender la importancia que tiene en el entorno económico de una familia, el emprender.
José Antonio, es un joven egresado de Ingeniería Industrial, con escasos 28 años de edad, él junto con su padre decidieron hace dos años emprender la aventura de iniciar una empresa juntos. El padre de José Antonio, trabajó muchos años como empleado, aprendiendo y desarrollando habilidades y talento en un área específica. Cuando su hijo egresa de la Universidad deciden que en lugar de que José Antonio busque un empleo van a aprovechar el talento y experiencia del padre y las ganas y ánimos del hijo, así prepararon su plan de negocios, se inscribieron en una incubadora de empresas, y salieron a tocar puertas. Juntos hicieron un acuerdo, mientras la empresa despegara el padre permanecería trabajando y el hijo se dedicaría en cuerpo y alma a promover la nueva empresa.
Un día platicando con José Antonio me decía: es frustrante ver como tus compañeros de universidad se van colocando en algunas empresas, van teniendo puestos de trabajo, sueldos atractivos y van teniendo algunos de ellos sus autos y se independizan yéndose a vivir solos, mientras que yo sigo en casa de mis padres sin empleo y con un plan de negocios y una idea en la que pocos creen.
Un día, la idea de José Antonio llegó a un programa de gobierno que apoya la creación de empresas con capital crediticio, así su empresa obtuvo el recurso suficiente para comenzar operaciones en 2013. Hoy, a solo 8 meses de trabajo, la empresa de José Antonio y su padre ha logrado superar por tres el presupuesto de ventas que tenía estimado para el primer año. Está poco a poco pagando el crédito que recibió del Gobierno, ya logró que su padre se saliera de trabajar y hoy se ha convertido en el flamante director general de una empresa que crece en ventas a pasos agigantados.
José Antonio y su padre, crearon juntos, desde el seno de su familia al menos 4 empleos hoy en día, los puestos que ocupan en su empresa y los que dejaron de ocupar al no emplearse. Además que debo decir que su plantilla de personal ha crecido en estos meses, así que juntos han apoyado a la economía de su familia, pero también del país.
Esta clase de historias son las que construyen oportunidades para todos, pues el empleo no se va a crear solo, necesita de emprendedores, de gente que tenga ideas y que se comprometa de manera apasionada con dichas ideas. Para emprender no se necesita dinero, se necesita pasión, talento, entrega y como escuche decir alguna vez a Miguel Ángel Dávila, el fundador de Cinemex, la cualidad más importante de un emprendedor es tener hambre.
Este país necesita más emprendedores con hambre, que empleados. Las oportunidades están allá afuera, tú puedes convertirte en el futuro Director General de tu empresa.
Mtro. Carlos Maynor Salinas Santano.
Director de consultoría y proyectos especiales CamBio Tec
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