Según datos del INEGI, más del 95% de las empresas en México son Micro, Pequeñas y Medianas empresas y dan empleo al 70% de la población activa, contribuyendo con el 40% del PIB. De estas empresas, el 35% son propiedad de mujeres (en su mayoría son microempresas que responden a resolver las necesidades de subsistencia familiar inmediatas).
En zonas económica y socialmente marginadas, el gran problema además de los viejos estigmas, es que muchas mujeres no cuentan con experiencia laboral o estudios para lograr sobrevivir y sobre todo crecer en un emprendimiento. Por general, estos micro-emprendimientos se crean sin los conocimientos mínimos del mercado (¿cuántas misceláneas, salones de belleza o pastelerías pueden haber en una colonia?), sin determinar la rentabilidad a lograr (incluso sin registro de costos y gastos) y sin un objetivo económico claro.
Según datos de la fundación Crea Comunidades de Emprendedores Sociales A.C. (Crea), del total de las mujeres atendidas en el programa Mujeres Moviendo a México, 17% se encuentra en la franja etaria 18-30 años, 25% entre 31 y 40, 30% entre 41 y 50, 18% entre los 51 y 60 años y 8% mayores a 61 años. Un simple análisis nos dice que cuando los hijos logran cierta independencia, la mujer busca nuevos retos y desafíos donde volcar su pasión e ingenio e incluso, se anima a emprender.
Es indispensable que como sociedad, nos demos cuenta de la relevancia de las mujeres que emprenden, y que se continúe atendiendo de manera integral esta necesidad. Tanto por el lado de superación, subsistencia, contribución al hogar o como parte de un gran sueño, las mujeres emprendedoras representan ya más de un tercio del total de las empresas en el país. Lograr que estas empresas crezcan, se consoliden y generen impacto es el primero de los retos. El segundo, es lograr que cada vez más mujeres logren emprender, con éxito.
Fundaciones como Crea dan apoyo a mujeres microempresarias para que puedan crecer empresas exitosas y generen oportunidades de ingreso y empleo. Esta fundación impulsa el crecimiento económico de negocios liderados por mujeres de bajos recursos, tanto en áreas rurales como en zonas urbanas y semiurbanas; y lo interesante es que creen que el éxito no se logra trabajando solos. Es por esto que el mencionado programa Mujeres Moviendo México es el resultado de la alianza público-privada celebrada con el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) y otros aliados estratégicos.
Valiéndose de distintos medios como clases presenciales, online, mentorías y asistencia técnica, ofrecen una capacitación empresarial para que las mujeres de áreas marginadas con ánimo de emprender puedan lograr no solo abrir su negocio sino entender su funcionamiento, tanto operativo como administrativo y fiscal para pasarse a la formalidad y contribuir al bienestar social.
He tenido la suerte de advertir el éxito que generan estas alianzas público-privadas, y no me queda más que esperar a que esta también lo sea.
Mtra. Rachelle Neumann Mentora de la incubadora de negocios de la Universidad Anáhuac
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