Aunque en muchas ocasiones los líderes de negocio suelen pasarlo por alto, el espacio de trabajo, es decir, las oficinas en donde se gestiona la compañía, así como todos los activos inmobiliarios con los que esta cuenta para sus operaciones, constituyen una herramienta para mejorar su rentabilidad financiera.
De hecho, este es el segundo costo más alto para casi cualquier organización, por lo que con una consultoría que ayude a optimizar su uso, el espacio puede convertirse en un elemento de gran valor para mejorar el rendimiento de la empresa. La optimización de espacios permite a las empresas producir a un menor costo, siendo una tendencia que persigue al menos dos objetivos en términos económicos.
En primer lugar, busca un mejor uso de los activos inmobiliarios de la empresa, mediante una evaluación y reconfiguración de los bienes propios, o por medio de una reducción de gastos como rentas y otros requerimientos operativos, como el mantenimiento del inmueble o gastos en energía, por ejemplo.
En segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, se consigue una mejora en el ambiente laboral, permitiendo incrementos en la productividad de los colaboradores, lo que también impacta favorablemente en los indicadores de rotación.
Monetizar activos
La optimización del uso de los activos inmobiliarios puede ser una estrategia financiera que genere ahorros liberando recursos. Diversas organizaciones realizan esfuerzos para hacer más eficientes sus operaciones, pero olvidan la importancia de los inmuebles que compran o rentan, en los que hacen considerables inversiones, y este es uno de los pasos más importantes para generar crecimiento.
En México, la mayoría de las torres de oficinas se ofrecen para renta en contratos a mediano y largo plazo, lo que da a los inquilinos flexibilidad para ampliar o reducir la superficie según sus necesidades.
Por otra parte, es posible considerar mantener la propiedad con un contrato de sale and lease back (venta y renta inmediata), cuando se trata de una sede tradicional o un edificio emblemático que la empresa quiere conservar durante largo tiempo.
Otra opción favorable en las transacciones de inmuebles se aplica en empresas que, como parte de su negocio principal, se dedican al desarrollo de centros comerciales, oficinas o edificios industriales, y que rentan y comparten el espacio con otros interesados, como tiendas de autoservicio, cadenas comerciales, entre otros giros. En estos casos, el renglón inmobiliario se convierte en una operación en sí misma, con estrategias propias y la búsqueda de un retorno sobre las inversiones.
Parques industriales, una opción de valor
Con el mismo enfoque puede considerarse la incorporación de giros como maquila, manufactura, distribución y almacenamiento, por mencionar algunos, a un parque industrial como los que existen en diferentes regiones del país, los cuales tienen la ventaja de contar con todos los servicios básicos y ofrecen un marco idóneo para posibles sinergias con otros usuarios.
Además, los contratantes pueden solicitar la construcción o adaptación de naves o instalaciones apropiadas para cada giro industrial sin necesidad de realizar inversiones onerosas que corren por cuenta del desarrollador. De esta manera, las empresas pueden instalarse de forma rápida y con desembolsos controlados.
En la actualidad existen numerosas soluciones y herramientas para maximizar la ocupación de espacios industriales, con las que pueden reducirse las superficies empleadas y obtener ventajas financieras. Se utilizan plataformas informáticas para optimizar el diseño de la planta industrial y los equipos instalados. Al consolidarlos, se reducen los movimientos y transportes durante el proceso.
Asimismo, pueden utilizarse sistemas informáticos para el manejo de inventarios y planeación de la demanda, con lo que se minimiza el inventario, se reducen las mermas y se optimiza la rotación de productos perecederos.
Con una asesoría adecuada, las empresas pueden racionalizar el uso de sus espacios laborales y sus inmuebles, para contribuir favorablemente a la estrategia financiera de la organización. Por el impacto que estas medidas generan en el negocio, la Alta Dirección es la responsable de impulsarlas en favor de sus activos financieros, para hallar oportunidades en una economía cada día más competitiva.
Por: Saúl Villa,
Socio Líder de Fusiones y Adquisiciones y Cristina Torres, Directora de Fusiones y Adquisiciones del Sector Inmobiliario de KPMG en México asesoria@kpmg.com.mxwww.delineandoestrategias.com
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