Si bien el impulso a la actividad es una cualidad deseable (tal vez indispensable) para un empresario, también es necesario darle tiempo al descanso y el recreo. Diversos estudios en Europa y Estados Unidos muestran que jornadas laborales extremas producen riesgos de salud como hipertensión, problemas cardiacos y desórdenes mentales.
Un estudio de 2006 en la Universidad de California, en Irvine, encontró que semanas de trabajo de más de 51 horas puede triplicar el riesgo de hipertensión. Asimismo, datos de un estudio del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional encontró que días de trabajo de 11 o 12 horas aumentan el riesgo de eventos coronarios en un 56 por ciento. El estrés asociado a jornadas tan largas provoca la liberación de hormonas, que contribuyen en la acumulación de placa en las arterias.
El mismo estudio encontró “una asociación robusta” entre trabajar horas extra y el riesgo de depresión. En él se entrevistó a 2,123 empleados británicos: 1,626 hombres y 497 mujeres. Para el estudio, los participantes debían responder a la pregunta de “en un día normal de semana, ¿cuántas horas pasa aproximadamente en actividades de trabajo?”.
Los resultados mostraron que entre aquellos que trabajaban 11 horas o más se vio un riesgo 2.43 veces mayor de sufrir un episodio depresivo, que quienes tenían jornadas de 7 u 8 horas diarias. Tal como señala la doctora Marianna Virtane, quien dirigió el estudio, la depresión ya se convirtió en todo el mundo en un problema importante de salud pública, por lo que es importante analizar las probables fuentes de esta enfermedad.
Y es que existen otros problemas asociados a la depresión que podrían afectar severamente el desarrollo del negocio, como problemas de sueño. Investigaciones en la Universidad de Duke, de hecho, comprueban que una noche de privación de sueño conduce a una actividad creciente en zonas del cerebro que evalúan los resultados positivos, y por el contrario una disminución en las áreas cerebrales que procesan los resultados negativos.
Michael Chee, MD coautor principal de estudio y profesor en la Universidad Duke-NUS en Singapur menciona que incluso si alguien toma una sólida decisión financiera después de una noche de sueño normal, existe el riesgo de que esa misma persona se exponga a tomar decisiones arriesgadas si sufre de falta de sueño.
Al final, como empresario, es tu responsabilidad velar por la estabilidad del negocio, y sólo la conseguirás cuidando tu salud, descansando adecuadamente y tomando las mejores decisiones para todos.
Itzel Castellanos