¿Conoces a tu cliente? ¡Ay, ajá!
Y es que, hay que admitirlo: nosotros mismos, como clientes, no siempre decimos lo que pensamos a nuestros proveedores. Yo, por ejemplo, sería incapaz de …
Y es que, hay que admitirlo: nosotros mismos, como clientes, no siempre decimos lo que pensamos a nuestros proveedores. Yo, por ejemplo, sería incapaz de …