Las acciones estadounidenses se muestran vigorizadas
La semana pasada, subieron las acciones y los mercados estadounidenses finalmente comenzaron a mostrar algunos indicios de fortalecimiento. El índice S&P 500 subió un 1.74% y cerró en 2,102, el índice Dow Jones Industrial Average registró un alza del 1.58% y cerró en 18,057 y el índice Nasdaq Composite aumentó un 2.23% y cerró en 4,996. En lo que respecta a los bonos, el rendimiento de las letras del Tesoro a 10 años registró un alza del 1.84% al 1.95%, a la vez que disminuyó el precio.
“Las perspectivas señalan la creciente probabilidad de que sea moderado el camino de la Reserva Federal hacia tasas de interés más altas, así como la constante actividad de fusiones y adquisiciones de empresas (mergers and acquisitions, M&A por sus siglas en inglés).”
Las perspectivas señalan la creciente probabilidad de que sea moderado el camino de la Reserva Federal hacia tasas de interés más altas, así como la constante actividad de fusiones y adquisiciones de empresas (mergers and acquisitions, M&A por sus siglas en inglés) fueron de gran ayuda para las acciones. Sin embargo, los inversionistas estadounidenses todavía siguen enfrentándose a un crecimiento débil de las ganancias y a valoraciones costosas. Aunque, desde luego, no dejaríamos de lado las acciones estadounidenses, sugeriríamos que los inversionistas se inclinaran hacia los sectores y las regiones geográficas que ofrecen un valor relativo. En particular, creemos que deberían considerar las acciones asiáticas y las grandes petroleras integradas, que muestran indicios de recuperación, pese a la volatilidad del precio del petróleo.
La Reserva Federal y la actividad de fusiones y adquisiciones de empresas contrarrestan las ganancias débiles
La temporada de ganancias en los EE. UU. tuvo un comienzo incierto la semana pasada, cuando se produjo una venta masiva en Alcoa. A pesar de que la compañía superó las estimaciones, disminuyó el precio de sus acciones a consecuencia de una noticia sobre el exceso de capacidad en la industria del aluminio.
Sin embargo, las acciones se vieron beneficiadas con los comentarios tranquilizadores del presidente de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley, quien indicó que el ritmo de los aumentos de la tasa de interés probablemente sería “superficial”. Una disminución de los temores respecto de las medidas de la Reserva Federal sirvió para que las tasas de interés a corto plazo volvieran a registrar una baja. La semana pasada, las letras del Tesoro a dos años cotizaron por debajo del 0.50% por primera vez desde comienzos de febrero. Pese a que los rendimientos experimentaron una recuperación respecto de dichos niveles y cerraron la semana en, aproximadamente, el 0.55%, la rentabilidad a dos años todavía se encuentra 20 puntos base (0.20%) por debajo del punto máximo alcanzado en marzo.
En lo que respecta a los bonos a plazos más largos, pese a que se produjeron algunos aumentos, el rendimiento de las letras del Tesoro a 10 años todavía se encuentra 25 puntos base (0.25%) por debajo del nivel registrado a principios de año. Como ya lo hemos discutido en comentarios anteriores, las compras extranjeras están ayudando a atenuar las tasas a largo plazo. En febrero, por ejemplo, los inversionistas japoneses compraron la mayor cantidad de letras del Tesoro de los últimos siete meses.
Un efecto secundario positivo de estas tasas de interés extraordinariamente bajas es que continúa e, incluso, se acelera la actividad de fusiones. La semana pasada, Federal Express acordó realizar la compra de la empresa transportista holandesa TNT por US $4,800 millones, y Royal Dutch Shell ofreció comprar BG Group por, aproximadamente, US $70,000 millones.
La búsqueda de valor se enfrenta a constantes vientos desfavorables
Pese al fortalecimiento exhibido la semana pasada, las acciones estadounidenses continúan enfrentándose a dos problemas persistentes: las ganancias débiles y las valoraciones costosas. Las estimaciones ascendentes de las ganancias corporativas de S&P500 han disminuido un 8% durante los últimos tres meses. Al mismo tiempo, el S&P500 cotiza a casi 18.5 veces las ganancias pasadas, el nivel más alto desde fines del 2009, cuando aún se mantenían bajas las ganancias corporativas.
En este entorno, continuamos inclinándonos hacia las acciones en vez de otros activos, pero nos centramos en los focos donde hay valor. Uno de dichos focos está representado por las acciones asiáticas, tanto de los mercados desarrollados (por ejemplo, Japón) como de los mercados emergentes. Japón sigue viéndose favorecido con las valoraciones razonables, la flexibilidad del Banco Central y el aumento en la compra de acciones por parte de los fondos de pensiones. No sólo ha presentado este mercado un rendimiento drásticamente superior al de sus pares internacionales en lo que va del año (con un aumento aproximado del 14%), sino que también la estabilidad del yen significa que la rentabilidad no se ha visto significativamente deteriorada por la desvalorización de la divisa. También se observa que la recuperación de la acciones de clase A de China (que cotizan en Shanghái, pero son de difícil acceso para los inversionistas extranjeros) se expande a otros mercados, incluidas las acciones más accesibles de clase H de China (que cotizan en Hong Kong), India y Corea del Sur.
También vemos algunas oportunidades en el sector energético. Sigue siendo cautelosa nuestra posición respecto de este producto básico físico: el petróleo atravesó momentos muy difíciles la semana pasada, sacudido entre los indicios de un debilitamiento en la producción de los EE. UU. y los inventarios que siguen en aumento (la oferta del crudo aumentó a una tasa récord respecto de los últimos 14 años en solo una semana, mientras que los inventarios alcanzaron nuevas cifras récord). La volatilidad del precio del crudo físico se encuentra hoy en un nivel cinco veces mayor que en el que se encontraba el verano pasado.
Sin embargo, las acciones de las petroleras integradas parecen estar tocando fondo. Una canasta de compañías energéticas mundiales ha registrado un aumento de, aproximadamente, el 8% respecto de las bajas de marzo. Los inversionistas parecen estar reaccionando ante el valor relativo en ese sector. Las acciones de este grupo se cotizan con una rentabilidad promedio bastante atractiva de casi el 4% y un precio razonable (solo 1.5 veces su valor contable). Dado que esperamos una estabilización del petróleo para fin de año, los precios actuales pueden representar un buen valor a largo plazo.
Russ Koesterich, Director Administrativo, Estratega Principal de Inversiones Globales de BlackRock y para iShares de BlackRock
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