El Tribunal Colegiado con sede en Ciudad de México concedió a la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) la suspensión del decreto que prohíbe la exhibición de cajetillas de cigarro a los pequeños comercios en el país, echando atrás la negativa de la Juez de Distrito.
Al respecto, Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC señalo que esta suspensión permite a todos los pequeños comercios afiliados a ANPEC exhibir libremente los productos derivados de tabaco para su venta, haciéndose justicia y emparejándose el terreno, pues resultaba injustificable que el canal moderno de supermercados y conveniencia, los grandes, pudieran exhibir los cigarros y los miles de pequeños comercios de todo el país, los del esfuerzo, no.
Este hecho nos esperanza para que llegado el momento se otorgue el amparo definitivo solicitado. En tanto esto ocurre, lamentablemente persisten las tentaciones prohibicionistas en el país.
Una prohibición comercial no es otra cosa que la ausencia de reglas en el mercado y lo no reglamentado es la materia de trabajo del mercado negro que anima el crimen organizado y sus secuaces para financiar sus fechorías. Como muestra lo ocurrido en Guasave, Sinaloa, hace un par de semanas con los estudiantes de la Universidad Autónoma de Occidente sometidos por encapuchados vender vapeadores, según se lee, de los carteles. Es decir, toda prohibición es vitamina pura para la delincuencia en nuestro país. En pocas palabras, si algo legal no se puede exhibir y vender con toda naturalidad, de facto se entrega esa mercancía para su venta al mercado negro, convirtiéndola en mercancía ilícita.
En México existen diecisiete millones de fumadores y más de un millón doscientos mil se inclinan por la alternativa del vapeo. Toda prohibición al respecto, lastima al libre comercio de mercancías legales, terminando por comercializarse sin regulación alguna en la clandestinidad, por lo que es claro que antes de dejar su venta a merced de los delincuentes es necesario apuntar a una regulación de amplio consenso.
ANPEC se opone a las prohibiciones comerciales. Por ello festeja la resolución del Tribunal Colegiado y la postura de origen del Ejecutivo Federal de cuidar las libertades individuales de todos, permitiendo en este caso la exhibición para venta de cajetillas de cigarros legales, quedando claro que este acto en ningún caso es hacer publicidad de ellas, haciéndose respetar con ello las garantías constitucionales de libre comercio a los pequeños comerciantes y el libre desarrollo de personalidad a sus consumidores.
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