¿Qué pasaría si pudieras vivir de tu arte? En México, esta pregunta ha sido respondida por la incubadora cultural Maktub. En un contexto donde los artistas mexicanos perciben ingresos mensuales inferiores a 7,000 pesos en promedio, Maktub emerge como un puente vital entre el talento creativo y los recursos financieros necesarios para hacer realidad sus sueños.
La industria artística y cultural de México ha experimentado desafíos significativos, especialmente durante la pandemia de COVID-19, que provocó confinamientos y cancelaciones de eventos. Aunque en 2021 hubo una recuperación del 7.5%, representando el 3% del PIB mexicano, sigue siendo un porcentaje modesto en comparación con otros sectores, como el turismo. Estos datos, recopilados por el INEGI, subrayan la necesidad de encontrar nuevas formas de apoyar y desarrollar el talento artístico en el país.
Es en este contexto que surge Maktub, una iniciativa fundada en 2022 por dos mujeres con visiones complementarias: Paola Zozaya, artista, y Meylim Ortiz, experta en análisis financiero. Ambas comparten la convicción de que el arte no solo debe ser un pasatiempo, sino una fuente legítima de ingresos y desarrollo profesional.
Los datos del Gobierno de México revelan la cruda realidad para muchos artistas: músicos ganan en promedio 6,700 pesos al mes, con un 88% trabajando informalmente, mientras que bailarines y coreógrafos perciben solo 3,950 pesos mensuales, con un 61% en empleos informales. Esta disparidad y falta de apoyo son lo que Maktub busca abordar.
La misión de la empresa es cerrar la brecha financiera que separa a los artistas de su desarrollo en México y América Latina. Actuando como intermediario entre los creadores y los inversores, Así mismo, busca financiar proyectos artísticos y culturales, conectándolos con individuos y empresas interesadas en apoyar el talento emergente.
Paola Zozaya y Meylim Ortiz destacan la importancia de unir a dos sectores aparentemente dispares: los creadores y los inversores. Mientras que los artistas aportan su creatividad y visión, los inversores proporcionan los recursos financieros necesarios para hacer realidad esos sueños artísticos.
Por el momento, la empresa se enfoca en atraer a pequeñas y medianas empresas dispuestas a invertir entre 20 mil y 50 mil pesos por proyecto, así como individuos con más de 5 años de experiencia y una pasión por el arte y la cultura. El objetivo final es convertirse en un referente en el ámbito artístico y cultural, proporcionando el apoyo necesario para que las ideas creativas mexicanas alcancen una audiencia global.
En resumen, Maktub representa la unión de dos visiones distintas pero complementarias, encaminadas hacia un objetivo común: apoyar y promover el talento artístico en México y más allá. Con un enfoque en la equidad y la atención a las necesidades de los artistas, Maktub está marcando la diferencia en la industria cultural mexicana.
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