Estados Unidos le apuesta a un dólar fuerte. Barak Obama anunció desde China que un crecimiento de un 1% en las exportaciones al área Asia-Pacífico para crear 250 mil empleos en EU.
La supervaloración del dólar provocó aumentos en el consumo en Estados Unidos de productos chinos, generando un balance deficitario. En un artículo, Thomas Palley menciona que el superávit comercial de China con EU aumentó de 83 mil millones de dólares en 2001 a 258 mil millones en 2007. En lo que va de 2009, el superávit de China ha representado 75 por ciento del déficit comercial total de EU, excluido el petróleo).
Esto debe alertar a México, dado que la recuperación del peso fortalece básicamente las exportaciones de China a México. Un peso fuerte encarece las exportaciones a EU, dejando el mercado norteamericano a los chinos. China tiene poder para influir en los mercados de divisas y mantener una moneda infravalorada. En estas condiciones, al único país en el mundo al que le conviene un peso fuerte es a China, por lo tanto, está en condiciones de intervenir en los mercados.
En la actualidad, para definir los lugares dónde fabricar, influye fundamentalmente el costo de la mano de obra, el costo de fletes, el precio del petróleo y la paridad cambiaria, la cual se convierte en un arma competitiva que ha sido utilizada por los países asiáticos (primero Japón y ahora China). En este contexto, debiéramos apoyar una paridad que nos haga competitivos.
La moneda de Brasil es fuerte pero la relación comercial que mantiene con China es distinta. México es el gran competidor de China en la industria de la manufactura. Esta situación debería llevar a una confrontación ante el Euro, el Dólar y las monedas asiáticas.
Miguel León Garza, profesor de Dirección de Operaciones. Especialista en economías emergentes e industria automotriz del IPADE