Las PyMEs se encuentran ante las alternativas de si deben permitir el uso de redes sociales a sus empleados o no en horas de trabajo. Mientras que algunos piensan que puede afectar a la productividad, otros lo ven como una forma de mejorar la comunicación interna, y por tanto, la satisfacción de los empleados, clientes, proveedores y agentes externos con los procesos que esta desarrolla. ¿Cuál de los dos puntos de vista es el correcto?
Los directivos de las PyMEs que no ven bien el uso de las redes sociales durante horas de trabajo, suelen llevar incluidas una política que obliga a sus empleados a cuidar sus perfiles en las redes sociales, sea mientras trabajan o durante sus horas de descanso.
Existen casos en que algunos directivos de las PyMEs que han llegado a solicitar las contraseñas a sus empleados para poder ver al detalle su perfil de las redes sociales. Otras, empresas algo más avanzadas en el conocimiento y uso de las redes sociales, agregan a sus empleados desde los perfiles de los departamentos de recursos humanos, conociendo así qué es lo que hacen sus trabajadores tanto como la configuración de privacidad les permita ver.
Las redes sociales se declaran totalmente en contra de esta práctica, incluso estudian tomar medidas legales en el momento en el que recibe peticiones de directivos o del departamento de Recursos Humanos para que se les faciliten contraseñas de algunos usuarios con el fin de evaluar mejor a sus candidatos.
Esta sería la forma más extrema de aprovechar el potencial de las redes sociales, que no debería ser una herramienta de control, sino únicamente de conocimiento a nivel de inquietudes o intereses, pero nunca a través de detalles de la vida personal que no tiene por qué trascender al ámbito laboral.
PyMEs inteligentes
Al otro lado de la balanza, estarían las PyMEs inteligentes, aquellas que utilizan las redes sociales como instrumento para conocer mejor a sus empleados, las opiniones que tienen sobre la misma y como herramienta para mejorar el servicio que ofrece tanto a sus clientes y proveedores, como la interacción con el resto de empleados de la PyME.
En este caso no se trata de realizar un control sobre la intimidad de las personas, sino de favorecer la comunicación y la interacción de una forma enriquecedora que permita mejorar.
Así, las redes sociales permiten mantener el contacto con los audiencias relacionadas con la PyME que no están cerca o con los que no se trata a menudo, sabiendo qué están haciendo y pudiendo aprovechar mejor las oportunidades.
Las medidas que toman estas PyMEs para poder integrar las redes sociales dentro del ámbito laboral pasan desde la creación de foros y redes sociales a medida, hasta la explotación de las redes sociales existentes de una forma más abierta.
Algunos ejemplos pueden ser la creación de un grupo de debate dentro de Linkedin, un grupo o página dedicada a los empleados dentro de Facebook o la creación de un hastag en Twitter que les permita a todos (empleados, clientes, proveedores, socios) saber qué está pasando y estar al corriente.
En cuanto al uso de las redes sociales en horas de trabajo, puede ser perfectamente compatible con la actividad laboral. Todo depende de cómo se enfoque este uso así como de la formación y cultura que la PyME transmite a los empleados y externos
Las redes sociales pueden ser un excelente aliado en horas de trabajo para comunicarse y para conseguir nuevos clientes, para comunicarse con otros externos que brinden un servicio a la empresa, para conocer las últimas novedades de proveedores y un largo etcétera que no debe contaminarse por la concepción general de “redes sociales = a pérdida de tiempo”.
Las redes sociales tienen un amplio potencial y aprovecharlo en horas de trabajo es una cuestión más de PyMEs que de sus empleados. Es en definitiva una cuestión cultural.
Manuel Ballester
Socio Director Área de Consultoría, Auren
Vicepresidente Academia Mexicana Ciencia Sistemas
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