El pasado 1 marzo se aprobó la Ley Fintech. Casi 3 años de trabajo del sector y las autoridades por fin se reflejaron en este proyecto.
Esta Ley es un marco legal que define las figuras de instituciones de financiamiento colectivo (IFC), instituciones de fondos de pago electrónico y entidades innovadoras, así como estipular reglas para operar activos virtuales, como Bitcoin, y que ahora en conjunto se les llama Instituciones de Tecnología Financiera (ITF).
Con esta nueva Ley en vigor ¿cómo impactará a los ciudadanos? ¿Qué podemos esperar de la industria financiera? Aquí les comparto algunos aspectos donde se va a percibir el impacto de esta Ley.
Diversidad en servicios
La nueva Ley contempla un marco para el surgimiento de nuevos modelos de tecnología financiera que no estén contemplados en la legislación actual, bajo el nombre de Entidades Innovadoras.
Esto facilitará la creación de nuevas empresas cuyo modelo de negocio sea distinto a los ya regulados y que puedan operar con una aprobación provisional por parte de la autoridad mientras analiza su modelo para su regulación específica.
Así se espera evitar lo que sucedió con las IFC en 2012, cuando tuvieron que empezar sin un marco jurídico y pasaron 6 años para tener uno.
Alternativas de financiamiento
Uno de los beneficios más palpables para los mexicanos será el acceso al financiamiento. Ahora habrá más opciones en créditos personales, hipotecarios, para PyMEs. De todo tipo, con tasas más bajas, y eso obligará a todo el sector a mejorar las condiciones de los mecanismos de financiamiento.
Por otro lado, las opciones de inversión también aumentarán, así que veremos mejores rendimientos en instrumentos de inversión y ahorro, así como un catálogo más amplio de instrumentos.
También se incrementará el uso de la tecnología en todo el sector. Esto permitirá que puedas acceder a un crédito o abrir una cuenta bancaria desde tu celular sin tener que acudir a una sucursal. Si bien esto ya sucede podemos esperar que este método de adquisición de clientes se generalice en toda la industria.
Menos riesgo de fraude
Si bien la Ley Fintech no es una cura contra los fraudes, sí reduce el riesgo de forma considerable y permitirá a los usuarios detectar con mayor facilidad las empresas que operan bajo una supervisión, pues aquellas que no lo estén no podrán incluir el sello de la CNBV en su sitio Web o llamarse Instituciones de Tecnología Financiera.
La Ley requiere de un monto mínimo de capital (aún por definirse) para las nuevas empresas Fintech. Ya no será tan sencillo iniciar una startup de este tipo y además deberán cumplir ciertos requisitos para operar.
Protección en caso de controversia
Anteriormente, si un usuario de una Fintech estaba inconforme con el servicio no podía acudir a Condusef, sino a Profeco, para solicitar una aclaración, pues no había un marco legal para estas instituciones a pesar de tratarse de servicios financieros.
Esta nueva Ley obligará a todas las empresas de financiamiento colectivo a registrar sus contratos ante Condusef y en caso de controversia con algún cliente deberán responder en esta institución.
¿Cuándo veremos estos cambios?
A partir del 8 marzo empezó la cuenta regresiva para tener listas las disposiciones secundarias por parte del regulador (CNBV). Desde entonces el sector Fintech y la autoridad trabajan en la creación de dichas reglas.
Hay un plazo máximo de 6 meses para tener lista y emitir la legislación secundaria inicial. Una vez promulgadas, las ITF tendrán un año para cumplir con los requisitos o de lo contrario deberán cerrar sus puertas. Existen otras reglas que debe emitir la CNBV, como las relacionadas con las API (Interfaces Programáticas de Aplicaciones), que podrán emitirse hasta 24 meses después del promulgamiento de la Ley.
En septiembre de 2019 veremos una nueva cara del sector financiero.
Por Obed Medina, Gerente de Marketing de Prestadero.com
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