En días recientes, miembros de la Confederación Patronal de la República Mexicana en los estados de
Sinaloa, Durango y Tlaxcala han sido víctimas, como muchos mexicanos más, de la violencia y el crimen que no son privativos de estas entidades.
Jorge Arturo Pérez Gavilán León, expresidente de Coparmex Mazatlán, fue secuestrado en Durango y posteriormente, su cuerpo fue encontrado en el municipio de Cuencamé. En esa misma entidad, el pasado 19 de enero fue asesinado el empresario Javier Saravia Saravia. Otros miembros de Coparmex en Tlaxcala también murieron recientemente por las mismas causas.
Es la primera obligación del Estado el garantizar la seguridad física de los ciudadanos. Ninguna autoridad puede eludir esa responsabilidad. La falta de coordinación entre autoridades del ámbito federal y local propicia un clima de incertidumbre e incluso, incrementa la inseguridad. Cada vez se hace más común ver enfrentamientos entre policías federales y estatales, mientras los criminales siguen actuando en contra de los ciudadanos: extorsionando, secuestrando y asesinando.
No podemos acostumbrarnos a la violencia e inseguridad. No podemos acostumbrarnos al cierre de empresas, al miedo, ni a la muerte de nuestros familiares y amigos.
La incompetencia de algunas autoridades, y la corrupción e impunidad de otras, hace todavía más grave el ya de por sí gran impacto social que provocan la inseguridad y la delincuencia.
Exigimos a las autoridades correspondientes que las averiguaciones permitan identificar, detener y castigar a los responsables de estos crímenes.
Al Poder Judicial le exigimos también que sancione y combata la impunidad que prevalece en los delitos del fuero común, en el marco de sus responsabilidades.
A los tres niveles de Gobierno: Municipal, Estatal y Federal; y a los tres Poderes: Ejecutivo, Legistativo y Judicial, les exigimos que se coordinen para garantizar condiciones de seguridad a todos los mexicanos y aprueben las reformas necesarias en la materia.
Hay quienes sí hacen un esfuerzo combatiendo este grave problema. Hacemos un reconocimiento a todos esos policías locales y federales, así como a miembros del ejército y la marina que día con día arriesgan su vida para darnos paz y tranquilidad a todos los mexicanos.
A la sociedad civil organizada también nos toca participar activamente para derrotar este flagelo. En Coparmex insistiremos en que sólo la educación, la formación en valores humanos y una ciudadanía más comprometida, participativa y exigente con sus autoridades y representantes, lograrán derrotar finalmente a los delincuentes y criminales.
Coparmex
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