Fundación W.K. Kellogg reconocerá proyectos de impacto social cuyos modelos de negocio cubran necesidades básicas y lleven a las comunidades rurales mejores productos y servicios alrededor de áreas como salud, nutrición, educación, vivienda o agua.
A este tipo de apoyo que brinda la fundación se le llama inversión de impacto, “así se está llamando alrededor del mundo al tipo de inversión que busca al mismo tiempo generar riqueza con modelos empresariales y un beneficio social y ambiental”, afirmó Alejandro Villanueva, Director General de la Fundación W.K. Kellogg.
Se trata de impulsar modelos de negocio rentables que generen ventas y utilidades, pero a la vez creen empleos de calidad, permitan llevar productos a familias de escasos ingresos y proteger al medio ambiente.
Para este tipo de proyectos se están creando una serie de fondos muy interesantes, comentó Villanueva, “en México, existe un fondo grande e importante IGNIA basado en Monterrey y se está creando un fondo nuevo para la Ciudad de México, además de otros dos para invertir en zonas rurales”.
Este tema de inversión de impacto, no sólo genera entusiasmo entre el inversionista tradicional, que busca un retorno financiero, también está generando interés en el mundo de las fundaciones y de las filantropías que observan a la inversión de impacto como una manera de dar sustentabilidad social combinando los donativos con inversión en modelos empresariales.
En el caso de Fundación W.K. Kellogg, enfatizó Alejandro, “estamos empezando a evaluar oportunidades, principalmente en zonas rurales del sureste del país. Estamos particularmente interesados, en modelos que permitan vincular a los pequeños productores del campo con mercados más dinámicos, es decir, empresas que les ayuden a darle más valor agregado a sus productos y a conectarlos con los mercados urbanos y principalmente con los mercados de exportación”.
El directivo agregó, “nos interesaría mucho conocer a todos los emprendedores que están iniciando o que ya están operando sus empresas en estos campos y ver la posibilidad de ayudarlos”.
Villanueva señaló también que en el caso de los modelos empresariales la fundación puede otorgar créditos en distintas modalidades, por ejemplo inversiones de capital dentro de la empresa para convertirse en socios del empresario. “Se analiza caso por caso y se generan las condiciones adecuadas dependiendo del modelo, del sector y de las necesidades de la empresa que es lo que al final nos interesa, que sea exitosa y pueda lograr esta doble finalidad de ser rentable y generar un impacto social positivo”.
Los emprendedores sociales pueden hacer llegar sus propuestas a Fundación Kellogg a través de www.wkkf.org, posteriormente serán contactados por la fundación para conocer los proyectos que están desarrollando, y ver la posibilidad de sumar esfuerzos.
Elvira Mayén-Lugo
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