La convergencia de los rubros económico, demográfico y tecnológico provocará cambios sin precedentes en el consumidor al término de la década, ello de acuerdo al estudio reciente de Deloitte “El Consumidor en 2020”.
“El valor de este último informe está en que ofrece las tendencias en economía y demografía para la industria de Consumo, combinándolas con los temas de sustentabilidad y el impacto cada vez más notable de la tecnología en nuestra vida cotidiana. Además, incluye los pronósticos respecto a las actitudes y patrones de consumo en la próxima década”, afirma Omar Camacho, Socio líder de la industria de Consumo para Latinoamérica en Deloitte México.
El documento plantea que en los próximos 10 años habrá un equilibrio en la economía global. Esto es porque las naciones que hasta ahora tuvieron un crecimiento impulsado por el endeudamiento y gasto de su población, tenderán a moverse hacia a una etapa de expansión basada en las exportaciones. En cambio, los países cuyo desarrollo fue potenciado recientemente por la exportación, en el tiempo que viene tendrán que enfocar sus esfuerzos hacia los mercados internos, es decir, tomarán medidas como mejorar la seguridad social para alentar el gasto.
Aun cuando la economía global se haya recuperado por completo, señala la investigación de Deloitte, China seguirá siendo un país relativamente pobre, al igual que los otros mercados subdesarrollados de rápido crecimiento como: India, México, Rusia, Brasil, Indonesia, Turquía y Vietnam. Este hecho implica que para atender a los compradores de clase media será necesario comprender su percepción del valor. Lo más probable es que esto se traduzca en canastas de compra relativamente pequeñas, un alto grado de sensibilidad acerca del precio y un gran mercado para las compras por descuentos.
Los ocho mercados emergentes importantes: los cuatro BRICs (Brasil, Rusia, India y China), más Indonesia, México, Turquía y Vietnam; son trascendentes por su dimensión económica y crecimiento, así como su considerable potencial. Juntos tienen 3,200 millones de personas (aproximadamente la mitad de la población del mundo) y su Producto Interno Bruto (PIB) combinado excede al de Estados Unidos si se utiliza una tasa cambiaria basada en la paridad del poder adquisitivo. Sin embargo, su PIB per cápita sólo es de aproximadamente una décima parte del de Estados Unidos.
“A medida que se hace más grande la clase media, con frecuencia hay un incremento en la disponibilidad del crédito al consumo. En algunos mercados emergentes como México, los bancos y los vendedores minoristas ya han reconocido cuántas utilidades genera prestar pequeñas cantidades de dinero a un número grande de consumidores de bajos ingresos. Esto produce un aumento en las compras de artículos de alto valor, como electrónicos, muebles y automóviles”, precisa el experto de Consultoría de Deloitte México.
Respecto al tema demográfico, el mundo se enfrentará a retos importantes. Mientras Europa disminuirá alrededor de 60 millones su población en las próximas cinco décadas, la India podría superar a China en el índice de crecimiento económico en los próximos cinco años. En cuanto a África se prevé que para 2050 tenga 349 millones de personas entre los 15 y 24 años de edad, es decir, el 29 por ciento del total mundial.
Si bien el surgimiento de una nueva clase media en las economías emergentes, representa una enorme oportunidad para las ventas de productos y negocios minoristas, el crecimiento de la población, también pondrá una presión adicional sobre los recursos naturales y el medio ambiente.
“El cambio climático, la sustentabilidad y compra de productos saludables y de origen natural, que alguna vez fueron preocupación de unos cuantos, cada vez más se convertirán en temas de interés de los consumidores de todas partes del mundo”, analiza Camacho.
En cuanto al desarrollo tecnológico, el estudio revela que serán cada vez más notorias las repercusiones en las maneras de atraer a los consumidores en la adopción de comportamientos o adquisición de productos. Los compradores ahora tienen acceso a información en todo momento, con la ayuda de sus smartphones pueden hacer compras, pedir referencias y hacer comparaciones a en cualquier lugar y tiempo.
“La confianza continuará siendo una cuestión clave para los consumidores, la diferencia consiste en la tendencia en aumento a seguir las recomendaciones de sus pares respecto a la información de una empresa y/o un producto, esto como resultado del uso de las redes sociales. Además, este fenómeno también influenciará en el sentido de lealtad del cliente que existía en generaciones anteriores, en los próximos años será cada vez más una preferencia de corto plazo”, concluye Omar Camacho de Deloitte México.
Redacción
Información relacionada
[tubepress views=”false” title=”false” length=”false” video=”yk0z85DVcmc”]