La amistad en el lugar de trabajo es cada vez más valorada en el ámbito profesional, ya que el rendimiento de éste depende en gran medida de un óptimo clima laboral. El hecho de trabajar con amigos favorece el compromiso con las tareas, incrementa la voluntad de alcanzar logros, fortalece los vínculos de la gente en la organización y refuerza la satisfacción por el propio trabajo. Pero, cuando la relación es entre jefe y subalterno, ¿es igual de positiva?
Las relaciones, a nivel general, estarán siempre sujetas a situaciones de conflicto y es ahí cuando hay que tener claro los límites de éstas. En esas situaciones, debemos controlar más lo que decimos y cuidar nuestro modo de actuar, porque todo lo que afecta a una relación personal, llega a deteriorar los resultados en el trabajo. Cuando existe una relación de amistad entre jefe y subalterno, la agresividad, hablar sin pensar las cosas, imponer los propios criterios, moverse por un interés particular, entre otras cosas, puede ser definitivo para dañar sin remedio lo que se lleva a cabo tanto a nivel personal como laboral, ya que muchas veces, el “uso” de esta amistad se puede interpretar como una licencia para faltar el respeto y/o faltar al compromiso con los objetivos de la empresa que cualquier profesional tiene siempre como horizonte.
“En el trabajo, debemos de evitar mezclar lo personal con lo profesional. En caso que aparezca algún problema que requiera intervención de alguna de las partes, es muy importante tener claro cuáles son los objetivos de la empresa, como también los de esa amistad”, señala Margarita Chico, Directora General de Trabajando.com México.
Muchos manifiestan que la amistad entre jefe y subalterno da pie a una serie de abusos de confianza, como obtención de privilegios y ventajas, por lo que en cualquier escenario, consideran contraproducente fomentar este tipo de amistad. Por esto mismo las empresas no suelen alentar estas relaciones, ya sea por considerarlo algo fuera de lo laboral o por temor a que genere mal clima entre los otros compañeros. La amistad implica respeto y no abuso, porque pone al jefe/amigo en un compromiso frente a los demás cuando es acusado de favoritismos sobre criterios personales.
Existe en realidad, una forma correcta y una errónea de entablar amistad con tu jefe, y todo comienza en el pensamiento de que tu jefe es más que una figura de autoridad.
En definitiva, si la amistad entre jefe y subordinado surge, dejémosla fluir, pero tengamos claro cómo y cuándo ejercerla sin que nos afecte a nivel personal ni profesional.
Redacción
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