Ante la preocupación de las autoridades sanitarias por la continuidad de casos de influenza humana, desde el pasado 27 de abril se ordenó la suspensión parcial temporal de actividades en restaurantes que consiste en la imposibilidad de brindar servicios para el consumo de alimentos y bebidas al interior del establecimiento, permitiéndoles únicamente realizar la venta para el consumo fuera del local.
Si bien esta medida busca disminuir el riesgo de contagio y a la larga frenar la transmisión de la enfermedad, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) representa una pérdida de 150 millones de pesos diarios.
Aunque el acuerdo contempla la suspensión de labores hasta el cinco de mayo de 2009, se estima que a esa fecha las pérdidas llegarán a los mil 50 millones de pesos, cifra que además pone en riesgo de quiebra a más del 90% de los establecimientos que no contarán con los recursos para solventar los gastos de los días que permanezcan cerrados.
Ante esta situación el presidente de la Canirac, el Lic. Francisco Mijares Noriega, demandó a las autoridades que paguen el sueldo de los trabajadores afectados.
Por su parte la Secretaría de Gobierno del DF señaló tener la facultad para ordenar la suspensión de actividades en los establecimientos que requieran licencia de funcionamiento o declaración de apertura.
En caso de que algún restaurante no cumpla con esta norma la sanción fijada por las autoridades será la clausura del establecimiento.
No obstante la importancia de frenar la emergencia sanitaria en el primer fin de semana la suspensión de actividades en los restaurantes de la ciudad de México, terminó con pérdidas superiores a los 450 millones de pesos.
Ariadna Cruz