En todas las organizaciones existen desacuerdos por objetivos, intereses o ideas, lo que se manifiesta en oposición, bloqueos y pleitos impidiendo el trabajo de equipo y empuje necesario para la organización, pero esto no tiene que frenar la productividad, bien manejado un conflicto puede incluso beneficiar a la organización.
Un artículo de Nacional Financiera clasifica a los conflictos en funcionales, es decir cuando las diferencias entre las personas benefician el desempeño en la empresa; y las disfuncionales un conflicto que perjudica la capacidad y la productividad.
Cuando se presentan los primeros el personal en una empresa siente un impulso por lograr los objetivos a través de creatividad y estímulo, en el caso contrario se entorpece e inhibe la capacidad productiva al desviar la energía de las personas hacia los pleitos.
Con esto claro Nafin señala que existe una relación entre el nivel de conflicto, la productividad y las características con que se presenta.
– Nivel de conflicto bajo. Se presenta con apatía, indiferencia, estancamiento, escaso interés, falta de creatividad y sugerencias, pocos cambios, falta de nuevas ideas, lo cual se traduce en pobre desempeño y productividad, ambiente rutinario y aburrimiento.
– Nivel de conflicto adecuado y estimulante. Impulsa la creación, los nuevos retos, el interés por mejorar las cosas y solucionar problemas, se busca responder a los cambios. Las empresas con este nivel presentan alto desempeño y productividad y un ambiente estimulante de trabajo.
– Nivel de conflicto alto. Se basa en pleitos, bloqueo al trabajo de los otros, desorganización, no cooperación, por supuesto ello implica un pobre desempeño, ambiente tenso, desgaste emocional.
Si ya tienes identificado en qué nivel está tu pequeña empresa es momento de conocer las causas más frecuentes de conflicto para prevenir consecuencias disfuncionales en tu negocio, así como diseñar el tipo de intervención, pues un conflicto que afecte el desempeño no aparece de la noche a la mañana.
Las causas más comunes de conflicto en las empresas son los recursos limitados, problemas en la comunicación, diferencias en intereses y metas, falta de claridad en la asignación de funciones, falta de participación de los empleados en la toma de decisiones, la presencia de una persona autoritaria o irresponsable, etcétera.
En caso de que tu empresa ya esté inmersa en un conflicto e identificas un sentimiento de apatía, lo que tienes que hacer es buscar promover la creatividad, el involucramiento de los empleados. En casos más serios Nafin propone mandar a alguien a tomar un curso de capacitación, contratar a una persona de fuera, para que haya nuevas idea u ofrecer un incentivo especial por desempeño.
Si detectas que la distribución de trabajo no es adecuada, reasigna las tareas. Si la comunicación es deficiente, increméntala. Si tomas decisiones que afectan el trabajo de tus empleados, empieza a consultarlos y coméntales tus razones, si la gente aún no está emocionalmente involucrada es más fácil que escuche y colabore. Busca maneras de recordar a los empleados que el éxito depende de ser un equipo pero no actúes adivinando cómo se sienten las personas, pregúntales.
Ariadna Cruz
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