México ocupa el lugar número 66 de 139 economías en el Índice Global de Competitividad 2010-2011, elaborado por el Foro Económico Mundial. Este resultado representa un retroceso de 6 posiciones en relación a la evaluación anterior y confirma la urgencia de concretar las reformas estructurales que requiere el país para avanzar en materia de competitividad.
De los 12 pilares que conforman la medición de este renglón, el que presenta mayor rezago en México es el relativo a la Eficiencia del Mercado Laboral, en donde nuestro país ocupa la posición 120, retrocediendo 5 lugares respecto a la evaluación anterior. Por lo tanto, es evidente que el marco legal en materia laboral representa un lastre para la competitividad de nuestra economía. Por ello resulta urgente que se discuta y apruebe una Reforma Laboral de fondo, que fomente la creación de empleos formales, así como la productividad y la competitividad.
De aprobarse una Reforma Laboral como la presentada por los Grupos Parlamentarios del PAN y que apoya la STPS, México avanzaría hasta 30 posiciones en Eficiencia del Mercado Laboral, avance que contribuiría a un ascenso de varias posiciones en el Índice Global de Competitividad.
A pesar de que México no empeoró su calificación global (4.19) respecto al reporte anterior, su retroceso en el ranking se debe a que varios países mejoraron su calificación, rebasando a México. En otras palabras, mantener el paso inercialmente no es suficiente en términos de competitividad internacional.
Para la construcción de este pilar se toman en cuenta 9 factores que miden la competitividad del mercado laboral:
En este sentido, cabe señalar que la Reforma Laboral busca reducir la rigidez del mercado laboral, permitiendo un mayor acceso al empleo formal para la población. También contempla medidas para promover el trabajo decente que permitirán una mayor equidad laboral entre hombres y mujeres, así como inhibir la discriminación de grupos vulnerables y lograr una mayor protección de sus derechos.
La productividad es otro aspecto central de cualquier reforma laboral efectiva, pues sólo mediante aumentos en la productividad podremos generar un crecimiento económico robusto y un incremento sostenido en los ingresos de los trabajadores.
En suma, la Reforma Laboral busca generar una cultura de productividad en las relaciones laborales, que se traduzca en mejores salarios y condiciones de vida para los trabajadores. En consecuencia, provocará ascensos en los rankings de competitividad mundial, convirtiendo a nuestro país en un destino más atractivo para las inversiones que se traducen finalmente en más fuentes de empleo.
La Reforma Laboral es un proyecto impostergable para la competitividad, la productividad, el empleo y el trabajo decente en México. Es uno de muchos pasos necesarios para construir un México que genere más oportunidades para todos.
Agencias