Según la firma Barco, el 80% de los trabajadores prefieren el formato de una reunión híbrida, debido a su flexibilidad, productividad, equilibrio vida-trabajo y conexión humana; aunque el 71% siente que este tipo de esquema puede ser muy estresante.
Por ello, las salas de reunión deberán congregar a las personas para intercambiar ideas, actualizar proyectos y negocios, así como para promover una cultura corporativa común, con funcionalidad, sustentabilidad y seguridad para la colaboración, facilitando a los participantes de las reuniones asistir de manera presencial o desde cualquier ubicación.
Existen diferentes tamaños de salas de reuniones híbridas. Las de gran tamaño son ideales para salas de juntas, presentaciones, capacitaciones o para más de 10 personas en junta de trabajo. Las de tamaño mediano pueden funcionar para reuniones de equipo más frecuentes, donde las presentaciones y los compañeros de equipo remotos se pueden mostrar en un videowall.
Finalmente, las salas de reuniones pequeñas, habilitadas con un monitor de buen tamaño, puede tener espacio para 4 personas y funcionan para permitir a un pequeño grupo comunicarse con colegas que trabajan de forma remota.
Además del tamaño de las salas, es importante tomar en cuenta cómo están diseñadas y tener lo que requieren para ser funcionales. Así, la ergonomía del mobiliario, la iluminación, los recursos tecnológicos y la conectividad son igualmente importantes para hacerlas espacios adecuados de interacción.
Para facilitar las reuniones híbridas, asegurándose de superar los retos que esto implica, y hacer que a los empleados les atraigan las reuniones por su practicidad y funcionalidad, se debe empezar con una política híbrida exhaustiva basada en las necesidades y preferencias de sus trabajadores.
Una comunicación clara, la solicitud de opiniones y un seguimiento estrecho son obligatorios para garantizar el éxito de su arduo trabajo, altos índices de adopción de su nuevo espacio y empleados más felices y productivos.
Por ello, las salas de reuniones deben adaptarse a diferentes tipos de configuración, incluidos sistemas de salas o soluciones BYOM (siglas en inglés para Bring Your Own Meeting), diferentes escenarios, diferentes usuarios (como invitados o usuarios remotos), además de diferentes tecnologías, periféricos, audiovisuales y pantallas.
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