Las mujeres se convertirán en una ventaja competitiva para las organizaciones, e invertir en ellas producirá un “dividendo de género”, es decir, un retorno de inversión que puede verse reflejado en un aumento en las ventas, expansión de mercados y una mejora en la atracción y retención de talento clave. Así lo señala el último informe de Deloitte, “Dividendo de Género: Estrategias de negocio para invertir en las mujeres”, que además, destaca la importancia de las mujeres en la economía como un mercado de consumidores en crecimiento.
Según este informe, el modelo operativo actual de la mayoría de las empresas se basa en considerar al talento como un costo y a las mujeres como un nicho. Sin embargo, se recomienda dejar atrás esta creencia y responder a la situación actual, basada más bien en el conocimiento, donde las mujeres son esenciales para la prosperidad económica. Tan sólo en América Latina, las trabajadoras ayudaron a reducir a 26 por ciento el índice de pobreza de familias donde la pareja trabaja, con respecto a un 40 por ciento existente en 2007i. Asimismo, el Foro Económico Mundial ha correlacionado el cierre de la brecha global de género con la creciente competitividad y un mayor Producto Interno Bruto per cápita.
Dado que las mujeres representan cerca de la mitad de la población trabajadora en muchas regiones del mundo, las políticas e inversiones destinadas al desarrollo de las mujeres van a ser fundamentales en una economía global cada vez más dependiente de los activos intangibles de las personas, la marca y la propiedad intelectual.
Aunque han habido avances a lo largo del tiempo, se ha subutilizado a gran escala el talento femenino, lo que puede repercutir gravemente en términos de competitividad, tanto nacional como organizacionalmente.
Por esta razón, afirma Gema Moreno, Socia de ERS y Líder de la Iniciativa de la Mujer en Deloitte México, es muy importante que las organizaciones que quieran ser competitivas y exitosas en el futuro planteen y establezcan condiciones de flexibilidad que permitan el crecimiento y desarrollo de las mujeres y de todo su talento joven, en general, para que lleguen a los niveles de toma de decisión y puedan hacer grandes aportaciones.
Por otro lado, según datos del reporte, las mujeres controlan aproximadamente 20 billones de dólares del gasto total de los consumidores a nivel mundial y hacen o influencian hasta el 80 por ciento de las decisiones de compra. ii Omar Camacho, Socio Líder de la Industria de Consumo, asegura que “hoy en día encontramos una mujer cada vez más profesional y mejor preparada, lo cual hace que sea más demandante en los servicios que requiere para cubrir sus necesidades”. Bajo este contexto, es imperativo que las empresas realicen mayores esfuerzos por comprender los deseos, las preferencias y las necesidades de las mujeres como consumidores.
El gobierno y las compañías también deberán evaluar profundamente sus políticas para asegurar que reflejen el impacto de las mujeres como tomadoras de decisiones. Por lo que será vital llevar a cabo acciones específicas hacia la rectificación de cualquier brecha o deficiencia que puedan tener.
Aún queda un largo camino por recorrer, pues de acuerdo a las estimaciones de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de 2010, aunque el 37.7 por ciento de la población económicamente activa de nuestro país está representado por mujeres, el porcentaje de mujeres empleadoras tan sólo representa el 19 por ciento de este universoiii.
Las organizaciones necesitan enfocarse en las perspectivas colectivas tanto de los hombres como de las mujeres si realmente quieren obtener y aprovechar los beneficios del dividendo, lo que resultará en mejores decisiones y un liderazgo más eficaz.
Deloitte
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